17. Las fotos

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-Me dejo entrar la señora de limpieza, ¿Qué paso?

-Subamos. -me cambio de ropa, nos echamos en la cama y le empiezo a contar - Eso fue lo que paso pensé que el cambiaria en los dos meses que estuvimos juntos.

-Él aún tiene en su corazón a Sahara, aunque hayan vivido dos meses juntos eso no significa que él dejara de pensar en ella.

-Hoy vi fotos de ellos, estaban en su laptop y hasta hoy fue bueno conmigo.

-Eda, eres más que una amiga para mí, eres una hermana.

-¿Qué debería de hacer? -digo con la cabeza baja.

-Eso no te lo diré yo, tienes que buscar la respuesta en ti, pero déjame decirte que ustedes no se ven mucho aunque vivan en la misma casa cada uno tiene su vida y solo se pueden ver por las noches y fines de semana.

-Es cierto, al menos por lo que resta de la noche no lo veré.

-¿Tu celular donde está?

-Lo deje en casa de sus padres.

Empieza a llover - Por hoy olvídate de él, pediré una pizza y veremos películas.

-Gracias por venir y acompañarme.

-Siempre estaré a tu lado, y siento no haber estado para el funeral tuve un asunto que resolver.

-Espero que me lo cuentes.

-Te lo diré, claro que sí.

-Apagaré las luces de casa y llamaré a la pizzería.

-No te preocupes yo llamare, nada más apaga las luces.

-Bueno ya vengo. -bajo, apago las luces del primer piso, puedo oír como cae la lluvia, subo y termino de apagar las luces - Listo.

-La pizza llegará en 30 minutos, ven échate y no arruines el maquillaje que te hice. -bromea tratando de sacarme una sonrisa.

-Prometo que no lloraré.

-Bien dicho, escoge la película.

Como era de esperarse nos demoramos en elegir la película, llega la pizza empezamos a comer como si no hubiéramos comido durante todo el día.

Eran las 11 de la noche cuando Eli se fue y yo me quede sola, decide pasar la noche en mi lugar secreto, el lugar donde crecí.

Tomo dos cobijas y caminé lo más rápido para no mojarme, puede sentir un alivio al estar ahí una tranquilidad única, fue esa tranquilidad que me hizo quedar profundamente dormida.

Unos rayos de sol me hicieron despertar, era como si todo hubiera sido un sueño, tomo las cobijas y voy a casa , al entrar a la cocina lo veo sentado de espaldas, sosteniendo una botella de ron en su mano su está cabello desordenado y mojado al igual que toda su ropa.

-¿Dónde estabas?

-... -me acerco a él con temor.

-¿Dónde estuviste toda la noche? -dice en tono agresivo.

No quiero hablarle porque me duele lo que dijo, doy media vuelta, subo las escaleras escucho un estruendo proveniente de la cocina no hago caso y voy hasta mi habitación le pongo seguro a la puerta.

Desearía que todo hubiera sido un sueño, pero no es así, él siempre se aleja.

Me tiro en la cama y me cubro con las cobijas oigo pasos cerca de la puerta.

-Eda quiero hablar, lo que paso ayer no lo quise decir de verdad, tú sabes que mi padre hace que saque lo peor de mí, sé que te lastimo lo que dije y por eso te pido perdón.

Mi contrato, mis reglas [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora