— Eres tan torpe.

— ¡Lo siento! Ah... No se supone que debió salir así... — Dijo algo frustrado y bastante avergonzado de su torpeza, también había aprovechado para limpiar sus mejillas que estaban algo húmedas.

— No quiero ni que lo intentes de nuevo, ¿qué va a ser de mí después de que me golpees la frente o quizás que me piques un ojo por accidente? No sabía que besarte era así de arriegasdo.

— ¡D-Deja de burlarte! ¡estaba tratando de ayudarte!

— La otra vez me golpeaste en la frente.

— Eso si que no fue mi culpa, tampoco es que te este echando la culpa a tí, es solo que te acercaste a mí en el momento más inesperado y... ¿qué haces?

Moon estaba comiendo un pedazo de pizza mientras miraba al contrario qué trataba de explicarle porque no era culpable en esa situación.

— Tenía hambre.

Era sorprendete como ambos habían dejado el otro tema atrás, como si estuvieran de acuerdo que por ahora no era el momento más adecuado para profundizar el tema.

Sun suspira, se acercó para también poder comer antes de que se les acabara el tiempo y regresaran a trabajar. Ya que estaban sentados juntos el solecito aprovechó para recortarse en el hombro ajeno, tararea feliz mientras continuaba comiendo.

— No sé que es lo que ves en mí. — Lo había dicho en el tono más bajo posible.

— ¿Uh? — Sun miró a Moon esperando a que repitiera la pregunta.

— Nada, olvídalo.

— Está bien. — Dijo sin sonar muy convencido.

Sun hizo como que realmente no había escuchado esa pregunta, no sabría como responderla de todos modos. No tenía una respuesta clara ya que desde la primera vez que interactuaron juntos le había parecido una persona realmente interesante, había demostrado que era completamente lo contrario a como era él y eso le había gustado. Le gustaba que fuera  alguien totalmente distinto a él, y no solo era eso, también demostraba interés en las cosas que solía contarle y aunque no le agradaban los niños hacía lo posible para hacer bien su trabajo, mejorando cada día que pasaba, trataba de cambiar para un bien y aunque sus gustos u opiniones no fueran iguales se llevaban bien, ya eran amigos y podría decir que apreciaba mucho su amistad, aunque esa palabra le doliera un poco.

Se había sumergido tanto en sus pensamientos que su pizza había empezado a enfriarse.

— Si no te lo vas a comer lo haré yo.

Ni esas palabras habían logrado sacarlo de su mente, no fue hasta que la pizza que tenía en su mano había desaparecido, cuando volteó a ver a su compañero pudo ver como estaba comiéndose su pedazo de pizza, se levantó de la silla de golpe y le apuntó de manera amenazadora.

— ¡Eso es mío!

— ¿De qué te quejas? Estabas dejando que se enfriar-. ¡!

Sun había tomado de regreso su rebana de pizza y en cuestión de segundos se encontraba en una de las esquinas de la habitación dándole unos cuantos mordiscos a su rebanada, Moon no se quedó atrás y se acercó de manera amenazadora hasta él.

— Damela.

— Es mi rebanada.

— ¡Damela!

Corrió hasta él, Sun rápidamente lo esquivó y el contrario no se pudo detener a tiempo chocando contra la pared y cayó al suelo sentado, el rubio se encogió de hombros al escuchar el fuerte golpe

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