15 Momento para recordar

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— Por favor Jake, ¿Suéltame, si? Necesito ir a ayudarlos.

— Lo entiendo Panda, pero yo también quiero vivir. Ni-ki ira a verlos, ¿Verdad? —miró a su compañero y esté asintió con una sonrisa que me molesto.

— Entonces irás conmigo.

— ¿Qué?

— Heeseung dijo que no me soltarás, no que nos queradamos a esperar —justifique y me fui en direccion a la casa arrastrandolo de la mano.

Iba a entrar, cuando por la puerta salieron corriendo Jay, Sunoo y Sunghoon, quién este último llevaba a Jungwon en caballito.

— ¡No se queden parados ahí! —Nos gritó Sunoo yéndose junto a los demás en dirección a la camioneta.

Jake tiro de mí mano, pero frené.

— ¿Y Heeseung?

— Pandora no te preocupes por él, Vamonós. —Tiró nuevamente de mi mano con más fuerza, pero me resistí.

— ¿Y si...? —No terminé de hablar y solté un grito cuando unas manos fuertes y grandes me tomaron en brazo. Mi torso hacía arriba cayó por el hombro de Heeseung quién comenzó a correr conmigo cómo si se tratase de un saco.

Entramos a la camioneta y caí encima de Jay quién me atrapó al instante, sonriéndome.

— Mierda Sunoo, ¿Qué no puedes ser cómo las personas normales? No era necesario pegarle porqué chocó contigo. —Lo regaño Sunghoon apretando la herida de Jungwon.

— ¡No fue así! Ese idiota lo hizo a propósito y me insulto en voz baja —justificó el contrarío, irritado.

— ¡No fue así! Ese idiota lo hizo a propósito y me insulto en voz baja —justificó el contrarío, irritado

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Apenas llegamos a la casa a Jungwon se lo llevaron al ascensor. Me quedé en el living sentada en el sofá y Jay me acompaño.

— ¿Estás bien? —preguntó ordenando los mechones de cabello detras de mi oreja—. Perdón por arruinar tú salida.

— No te preocupes, igualmente me divertí, fue mejor que haberme quedado encerrada aquí. —Sonreí con sinceridad, a lo qué esté rió suavemente desordenando mi cabello.

— Me alegró, ire a ver a Jungwon, me dejo algo preocupado. —Besó mi cabeza y se levanto, dejándome a solas en el living junto a Heeseung.
Esté último había observado toda la escena apoyado contra una de las paredes del living.

Me levanté del sofá acomodándome mi cabello nerviosamente y me dispuse a irme a mi habitación ignorando su mirada densa en mí.

— Para ahí —ordenó en un tono tranquilo que a la vez daba miedo. Me quedé quieta sin girarme y él llegó hasta al frente mío.

— Lo que hiciste hoy...—Lo sé, lo siento. —Me apresure a decir y Heeseung sonrió de lado, negando.

— No me importa si lo sientes o no. No me gusto tu actitud...desde ahora no entrenaremos juntos, tampoco quiero que me hables a menos que yo lo haga primero.

— Pero...—¿Entendido?

— Perfecto —susurré molesta.

Heeseung me dió una última ojeada y se fue dejándome a solas.
¿Tanto le había molestado?
Sólo había sido un beso...el primero que daba.

La semana siguiente tal cuál como advirtió, no me hablo ni entrenamos juntos. Los chicos ya se habían percatado de esto, pero ninguno era capaz de preguntar, ninguno a excepción de Jay quien tenía esta manía de hablar mucho en los desayunos.

— Pandita, ¿Hoy también entrenamos juntos? —preguntó acariciando mi hombro y asentí con una sonrisa de labios cerrados.

— ¿Ya no entrenas con el jefe? —preguntó Sunghoon mirando entretenido a Heeseung quién siguió comiendo sin inmutarse ante su mención.

— No ya no lo hace, pero honestamente no pensé que sería tan divertido entrenar con esta niña. —Me empujó levemente y le devolví el golpe bromeando—. Es todo un caso...ahora entiendo porqué Heeseung no dejaba que nadie más entrenara con Panda.

Comenzó a reírse y Heeseung lo miró de reojo.

— Jay no seas ridículo, me dejas en vergüenza...—Sonreí con ganas. La verdad era muy entretenido entrenar con él, se la pasaba haciendo tonterías y bromas.

— Ahora eres mía, ¿Oíste? No puedes entrenar con estos chico, solo con el más lindo, o sea yo —bromeó y me tape el rostro suspirando.

— ¿No tienes que ir dejar unos recados hoy a las diez? —inquirió Heeseung, mirando a Jay con seriedad. El contrarío asintió sin dejar de sonreír y siguió hablando conmigo.

Heeseung empujó su mejilla con la lengua y carraspeó esta vez llamando la atención de nosotros dos.

— ¿Y qué estás esperando? Sabes que el camino para llegar es largo y ya son las nueve y media —reprochó, a lo que Jay soltó un suspiro y asintió con tranquilidad.

— Ya voy.

Se levantó de la mesa sin ganas y se fue sin antes despedirse de mí desordenando mi cabello, sacándome una risita.

— Si Jay no llega a tiempo, ¿Entrenamos juntos? —preguntó Sunghoon con interés y antes de que pudiera aceptar Heeseung se metió.

— No, nadie entrenara con ella. Ya sabe bastante cómo para que pueda sola —indicó, sin darme ninguna mirada y se levantó del comedor yéndose.

Lo seguí con la mirada y suspire volviendo a mi desayuno.

DIE FOR YOU / HEESEUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora