05. Descanzo

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Desperté sintiendo el golpe de una almohada en mi rostro.

— Levántate, hay que aprovechar la mañana —ordenó Heeseung y maldeci en voz baja, levantándome.

— Toma. — Me entrego una tarjeta de credito negra y lo miré curiosa—. Acompaña a los chicos para que te compren ropa y bota a la basura ese bolso desgastado que tienes.

— Está bien... ¿Y tú? ¿Qué harás?  —pregunté con interés y esté me miró extrañado.

— Tengo trabajo que hacer.

— ¿No me quieres a acompañar? Sería divertido —sonreí, balanceando suavemente mi cuerpo de un lado a otro.

— No, ve con los chicos —indicó fríamente y borre mi sonrisa.

Asentí y me fui, arrastrando mis pies.
¿Por qué era así conmigo?

Llegamos a la entrada de la casa con cinco bolsas llenas de ropa, más las dies que estaban repletas de comida para el mes

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Llegamos a la entrada de la casa con cinco bolsas llenas de ropa, más las dies que estaban repletas de comida para el mes. Yo no era de comprar ropa como compulsiva, en realidad pocas veces lo hacía, pero Jay y Sunghoon si que lo eran. Ellos habían escogido casi toda la ropa que habíamos comprado, incluyendo los tennis y tacones que alcancé a ver.

Cuando entramos, por alguna razón olía muy mal.

— ¿Qué es ese olor? —pregunte arrugando la nariz y Sunghoon rió.

— ¿Quién de esos idiotas se pondría a fumar ahora? —preguntó mirando entretenido a Jay, quién se hundió de hombros.

— Nadie, fue un cliente... Sabes lo molestos que pueden ser algunos... —Se acerco Sunoo mirándome con una media sonrisa.— ¿Qué compro la señorita? ¿Tacones y maquillaje?

Giré los ojos a un lado y me fui a mi habitación ignorando su molesto comentario.

— ¿Por qué siempre haces enojar a las chicas? —lo regañó Jay y se fue detrás mío con las demás bolsas.

Entre a mi habitación y esté entro después de mí.

— Me voy a probar esto, Heeseung dijo que entrenaríamos Hoy... —Tome la ropa deportiva un tanto emocionada ya que en realidad era muy bella y me metí al baño a cambiarme.

Cuando salí para ver que opinaba Jay, esté me observo sin mostrar ninguna reacción los primeros segundos.

— ¿Se ve mal?

— No, no, se ve bien, tranquila...—Sonrió levantándose de mi cama y acercandose a mí—. Deberías ser más cuidadosa, dañaste tus manos...

Las tomó mostrándose un tanto consternado.
Mis mejillas tomaron un color carmesi cuando este las acarició para luego, darme una pequeña caricia también en mi cabeza.

— Estare abajo con los chicos, te tengo fe. —Sonrió y se fue.

Apreciaba mucho que fuese así conmigo, era algo reconfortante sentir que no era una carga y que al menos uno de los chicos me trataba decentemente.

DIE FOR YOU / HEESEUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora