DIE FOR YOU / HEESEUNG

09. Herida

— ¿Qué sucede?, ¿Por qué salimos? —pregunté una vez ya adentro de la camioneta.

— Simplemente Heeseung prefiere que lo esperes aquí —indicó Jay y suspiré de mal modo, desviando mi mirada hacía la ventana.

— Yo también quiero ayudar, no quiero que me vean como un estorbo... —hable en voz baja para mi misma, pero igualmente lo escucharon los chicos.

— No eres un estorbo. —Se dió vuelta a mirarme Jake, mientras jugaba con una pequeña navaja entre sus dedos.

Asentí lentamente, sin realmente creerle.
Para distraerme un rato de mis pensamientos, comencé a dibujar figuras en la ventana la cuál estaba completamente empañada debido al frío.

— Panda, Heeseung sólo quiere protegerte. Eres un tema importante para él, todo lo que esté relacionado con su madre lo es —me hizo saber Jay, acariciando mi cabello suavemente.

Su madre.
"La mejor amiga de mi madre".
Me causaba curiosidad el hecho de que él supiera más de mi madre que yo misma. Me lastimaba, y en el fondo, también me producía algo de celos si era sincera.

Los minutos esperando a Heeseung de me hacían largos, hasta que por fin Sunghoon y Heeseung llegaron a la camioneta.

— ¿Todo bien? —preguntó Jake siguiendo al último con su mirada y el moreno asintió sereno, sentándose nuevamente a mi lado, trayendo el aire helado de afuera junto a él.

Nos fuimos de vuelta a la gran casa, pasando por un grupo de casas viejas en el camino.

— Oye Heeseung... —lo llamé en voz baja y este levantó sus cejas en señal de que me estaba prestando atención—. ¿Podríamos pasar por mi casa? Me gustaría verla...

Negó casi al instante.

— ¿No escuchaste cuando te dije que tu madre tenía muchos enemigos...? De seguro deben de estar rodeando tu casa las 24 horas en busca de tus rastros.

Solté un suspiro pesado y me deje caer hacía atrás, con mi expresión seria, sin tratar de esconder mi molestia. Estaba enojada, enojada con Heeseung, con mi madre, con toda esta situación.

Espere a llegar a casa sin decir nada más y me baje de la camioneta en silencio, en dirección a mi cuarto.

— Pandora.

Ignore el llamado de Heeseung y seguí mi camino, hasta que este se puso en medio, cruzandose de brazos.

— ¿Por qué eres tan infantil? —soltó al frente de los chicos, sin importarle para nada como me haría sentir cuando escuché algunas risitas a mis espaldas.

Apreté mis labios con fuerza y mis mejillas tomaron un ligero color rojo producto a la humillación que sentí. Lo moví a un lado, pero este me agarró del brazo atrayéndome nuevamente al punto de atención.

— No me gusta las niñas berrinchudas. Vas a terminar ahora tu ridículo comportamiento y me diras cuál es tu problema.

— Tú eres mi problema. —Me quite de su agarre bruscamente y me fui caminando a pasos fuertes a mi habitación.

Me tire a mi cama haciendo volar algunas mudas de ropa que se hallaban encima y no pasaron ni cinco minutos, cuando escuche la puerta abrirse.

— ¿Cuantos años tienes? ¿Cinco? —preguntó Heeseung, en un tono que ocultaba burla.

— ¡Para con eso! —le grité irritada, tirándole una almohada.

— ¡Oh cuanto lo siento mi princesa! ¿Qué es lo que le irrita tanto? —preguntó, en un tono claramente sarcástico.