Desde la muerte de su madre, la vida de Pandora cambia radicalmente. Tendrá que pasar por circunstancias difíciles, pero para su suerte, esto le permitirá conocer a alguien que marcara su vida y la hará menos oscura, tal cual como ella hará con la s...
El silencio y la tensión creada entre los dos me gustaba. El lado desafiante de Panda era atractivo. Parecíamos haber caído en una especie de trance que fue interrumpido por el estruendoso sonido de vidrios rompiéndose.
Me separe de Pandora casi de golpe y me gire hacía la puerta poniendo por habito, una mano en mi bolsillo trasero.
— ¿Qué sucede? ¿Qué fue eso? —preguntó con un tono de voz que ocultaba miedo, pero no me di el tiempo de responder y tome de su mano sacándola de la sala de juegos.
— No hagas ruido —susurré y esta asintió apretando de mi mano con más dureza. Nos acercamos al living y asomé mi cabeza con precaución. Entonces los vi, tres hombres armados y cubridos de pie a cabeza registraban el lugar como animales buscando su presa. Me di vuelta hacía Pandora quien me miraba atenta a la espera de alguna señal.
— Necesitas esconderte —murmure y la llevé al baño que estaba a nuestro lado. La ayudé a que se metiera en la tina sin hacer ruido y le dije que se acostara—. No salgas hasta que yo venga por ti y guarda silencio si quieres vivir.
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Narra Pandora
Heeseung salió cerrando la puerta y me quede completamente a oscuras en el frío baño.
El pánico y miedo comenzaban a apoderase de mis sentidos. Traté de respirar ondo para calmarme y sin querer, se me escapó un jadeó al escuchar fuertes disparos junto a pasos corriendo. Lleve mis manos hasta mi boca, apretando contra esta con fuerza para no volver a dejar escapar ningún sonido.
Algunas voces varoniles afuera del baño se hicieron presente de repente y a los segundos siguientes, la puerta de este se abrió, iluminado el cuarto a medias.
— No hay nada aquí —habló una de las voces y no se molesto en cerrar la puerta cuando los pasos se alejaron.
Me quedé paralizada por unos segundos y traté de relajar mi tensado cuerpo. En este tipo de momentos no me ayudaba ser cobarde, no podía repetir lo mismo que había hecho cuando mi madre estuvo en peligro. No me lo perdonaría.
Oí nuevamente cosas romperse y sin pensarlo, decidí salir. Mire cautelosamente por el pasillo y salí corriendo en puntitas hacía el living el cual ahora se encontraba vacío. Había sangre en el suelo y algunos licores que se encontraban en la mesita de cristal ahora estaban rotos.
Algo crujió detrás mío y me di vuelta esquivando el golpe que venía directo hacía mi rostro. El hombre encapuchado me agarró del brazo con violencia y sin pensarlo, le pegué en el entrepierna teniendo tiempo de correr mientras esté me gritaba cosas horribles.
Rodeé el sofá y el hombre me alcanzo, haciéndome una sancadilla que me hizo caer directo al suelo soltándolo un quejido, pero no me detuve, esto no era nada comparado con los entrenamientos de Heeseung. Mire la mesita a mi lado y antes de que me intentara golpear tome una botella de alcohol y se la reventé con fuerza en la cabeza, noqueándolo directamente.
