ꞋꞌꞋ El Sol y la Luna ꞋꞌꞋ

▶ Pequeña ayuda

No tardó mucho en agacharse lentamente y hacer un pequeña señal de saludo hacía la niña que seguía escondiéndose detrás de Sun.

Lentamente fue saliendo, se quedó al lado del solecito mirando curiosa a la Luna, se acercó lentamente y en un movimiento rápido le abrazó. Moon estaba en un ligero estado de shock y en cuanto reaccionó correspondió el abrazo de la pequeña y dirigió su mirada en Sun como si pidiera ayuda, no sabía que hacer ahora.

— ¡aww! ¿Ves? Moon es una buena persona, no tienes porque tenerle miedo.

La niña ríe ligeramente y después dejó de abrazarlo para nuevamente acercarse al sol, tomó su mano nuevamente y le jaló.

— ¡vamos a dibujar!

— ¡bien bien! Ya voy. — Su compañero seguía en un pequeño estado de shock, eso hizo reír al rubio y le dio un suave golpe en la frente para que reaccionara. — Voy a estar con los niños, puedes simplemente quedarte en una esquina viendo o puedes interactuar con ellos, seguro tienen muchas preguntas que hacerte.

— Ah sí... Creo que intentaré jugar con ellos, supongo.

Se levantó, había mentido en aquello, la verdad no quería interactuar con los niños porque creía que eran demasiado molestos, para su mala suerte cuándo se dio la vuelta para irse a dónde estaba la zona de seguridad vio a un grupo de niños que le estaban viendo, sabía que no iba a ser fácil escaparse de ellos.

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Habían pasado como una hora y finalmente habían dejado el chico de cabellos bicolor en paz, se sentó en una pequeña zona alejada de dónde estaban los niños jugando y suspiró, le habían hecho tantas preguntas que sentía que por poco casi le preguntaban la dirección de su casa.

¿Por qué tu cabello es de color negro y blanco?

¿Eres emo?

¿Quieres ser mi amigo?

¿Por qué das mucho miedo? Voy a tener pesadillas.

¿Tú cara es de ese color?

¿Por qué hiciste llorar al señor Sun hace rato? ¡Eres culpable!

De solo pensarlo se mareaba, definitivamente ya había hecho más que mucho para ayudar al Sol que ya no tuvo tantos niños encimados que le pedían atención y que jugara con ellos.

— ¿todo bien?

Había llegado el chico rubio a sentarse a su lado, parecía algo cansado pero aún así sonreía.

— Sí, son demasiado energéticos.

El solecito tarareo como respuesta. Ambos estaban viendo a los niños corriendo de un lado a otro, algunos ya habían sido recogidos por sus padres y ahora eran menos los que quedaban pero aún así era un poco complicado cuidar de que todos estuvieran bien.

El solecito cerró sus ojos y dejó caer su cabeza en el hombro del contrario sin pensarlo dos veces, esto hizo que el chico se sobresaltara y volteara a verle.

— Ya casi es la hora de que vayan a dormir.

El de ojos rojos sacó el reloj que había metido en uno de los bolsillos de su disfraz y pudo observar que efectivamente era casi la hora de llevarlos a dormir, Moon se removió un poco aunque no mucho para no molestar a su compañero que descansaba en su hombro.

Los dos se quedaron descansando viendo a los niños que ya empezaban a mostrarse cansados, Sun se levantó unos minutos antes de que dieran la hora de descanso y los niños sabían lo que eso significaba, rápidamente se acercaron al solecito esperando alguna indicación de su parte.

— Moon se va a encargar de cuidarlos esta vez mientras duermen, ¿está bien, mis pequeños rayitos de sol?

Todos los niños asintieron, Moon ya se encontraba al lado de su compañero de trabajo y se agachó un momento al ver a un pequeño niño cabeceando, abrió sus brazos y el pequeño no tardó en entender que es lo que quería, se acercó a la Luna dejando que le abrazara y lo tomó en brazos para enseguida levantarse arrullandolo un poco.

— Mmm, creo que estarán más que bien con él.

Sun les hizo una pequeña seña mientras empezaba a caminar fuera del lugar, automáticamente los pequeños empezaron a caminar detrás de él saliendo de la zona de juegos y dirigiéndose a una sala al lado del teatro, Moon iba detrás de ellos aún con el niño en brazos que al parecer ya se había quedado dormido.

De un momento a otro todos los niños ya estaban recostados en una respectiva cama, al parecer ya tenían esa pequeña rutina, le sorprendía un poco que no causaran tanto problema, Moon dejó al pequeño niño recostado en la cama y lo cubrió con la manta.

Sun se acercó a la cama de cada uno dejando un pequeño beso en la frente de todos y sacudiendo un poco su cabello, vaya, parecía que realmente le agradaban los niños, se preguntaba cuanto tiempo llevaba en este trabajo.

— Buenas noches mis niños.

El chico rubio se acercó al contrario y tomó una de sus manos para sacarlo de la habitación por un momento, apagando las luces antes de salir para que los niños ya pudieran descansar. Al estar ya fuera soltó su mano y lo tomó de los hombros sacudiendolo un poco con algo de emoción.

— ¡wahhh que bien lo has hecho! Estoy seguro de que los niños empezarán a confiar en ti si sigues así.

— T-Tch, no es para tanto, es la primera vez que trabajo en una guardería... La verdad no me agradan mucho los niños.

— ¿¡qué!? ¡Pero lo haces maravilloso!

— No tienes porque hacerme sentir bien, podría hacerlo mucho mejor que eso.

— De verdad, lo haces bien. — Una sonrisa sincera, el chico rubio le estaba sonriendo y dejó caer sus manos a sus costados dejando libre los hombros del contrario. — Bueno, empiezo a tener sueño así que yo me retiro por ahora.

La Luna asiente ante esas palabras, se voltea tomando el pomo de la puerta pero se detuvo al momento en que siente la mano del solecito tomar su mano libre, volteó a verle abriendo la boca a punto de preguntarle si se le ofrecía algo y fue sorprendido por un pequeño beso que le dió en su mejilla.

— ¿Creías que te ibas a escapar de mi beso de las buenas noches? — Rió suavemente el rubio y le soltó. — Buenas noches.

Sin decir más se alejó, seguramente para irse a su habitación y dormir.

— Ugh, que infantil.

Moon fruncio el ceño entrando a la habitación dónde estaban los niños y se sentó en una silla que estaba al lado de una de las camas que estaban vacías, iba a ser una larga noche y sus pensamientos no iban a dejarlo descansar en paz, maldito Sun.