Pelirroja Peligrosa

Extra

Sandal

Está lloviendo, abro mi paraguas para salir de la academia, entonces veo a Diryon sentado en las escaleras. Me aproximo, así que me siento a su lado.

—Te estás mojando. —Le acerco mi paraguas—. ¿Por qué tan triste? —Sonrío.

—Estoy enojado.

—¿Por qué? —Me sorprendo, siempre parece tan alegre y calmado.

—Vidavirix no quiere hacer nuestro libro.

—Ah, sí, era una cagada de todas maneras. —Miro hacia al frente.

—¡Pero iba a ser el protagonista!

—Seguro no eras tan genial como protagonista.

—Eso nunca lo sabrás. —Se acerca a mi rostro sonriente, entonces me levanto, ignorándolo.

—La castaña perversa no se anda con cualquiera.

—Pero sé tu secreto. —Hace puchero.

Me carcajeo.

—¿Y el de ella?

Miramos hacia adelante y una morocha se acerca hasta nosotros.

—Ella necesita más paraguas que yo —aclara Diryon.

Frunzo el ceño.

—Qué caballero, pero no le entrego mi paraguas a morochas pérfidas.

La chica sonríe con malicia.

—Hola, vine a inscribirme a la academia Crud.

—Llegas tarde, Vidavirix tampoco escribirá tu libro.

Nos ignora y sigue su camino.

—Ya lo veremos.

¿Quién se cree que es?

Como sea, parece que no va a parar de llover. Seremos personajes mojándonos para siempre, no queda de otra.