16. Un refresco seductor

321 54 29
                                    

Ostyn

Miro como Trina alza la latita de refresco en un gesto de victoria y yo me quedo procesando la situación, aunque no duro mucho, pues esa bebida me está desconcentrando por completo.

—Dámelo. —Alza la mano—. Me lo regalaste.

—Solo si me lo sacas. —Sonríe.

Frunzo el ceño.

—¿A qué estás jugando?

—¿No quieres jugar? —Revolotea sus pestañas de manera coqueta, aunque no le presto mucha atención a sus gestos, en realidad solo quiero mi refresco—. Ven a buscarlo. —Apoya la lata cerca de su boca.

Bufo y me aproximo a quitársela, cuando estoy por agarrarla me esquiva y como si ya fuera costumbre me caigo sobre ella.

—¡¿Estás bromeando?! —me quejo.

—No, lo hice a propósito. —Mueve las pestañas de nuevo—. Vaya, no te conocía enojado, me gusta.

La miro con desconcierto.

—No entiendo qué estás tramando, pero vas a hacer que Flex...

—¡¿Otra vez?! —Veo al nombrado, el cual grita.

Como pensaba, lo malentendió.

Me levanto de sobre Trina y al fin agarro el refresco, luego camino hasta mi amigo, rápido para explicarle.

—No es lo que crees —le aclaro.

—Por supuesto que no, la manipuladora es ella. —Flex la señala mientras ella se está parando del suelo—. No metas a Ostyn en tu venganza, es un alma inocente, aléjate de él —le recrimina.

«¿Inocente?». Me quedo procesando.

Prefiero no decir nada porque con facilidad me voy a comer el sermón yo también y no tengo ganas. Mejor me tomo mi refresco, me olvido de esto y me concentro en cosas más importantes ¡Lo sabía! Sabía que estaría delicioso.

~~~

Es de noche, Flex ha dicho que tenía otra reunión con la pandilla, así que como a mí me aburren esos encuentros, me quedé en la habitación de los dormitorios de la academia, y como soy su mejor amigo poseo la suerte de no tener obligación de ir.

Hay dos golpes en la puerta, así que dejo de mirar la tele y me levanto de mi cama, dirigiéndome a abrirla, cuando lo hago visualizo esa cabellera pelirroja. Trina tiene el pelo recogido y un vestido corto de color lila. Veo que mantiene algo escondido detrás porque sus manos están a su espalda.

—¿Qué haces aquí? —consulto—. Es muy tarde ¿No era que no vivías en los dormitorios? Bueno, este es el de chicos, así que te equivocaste.

—Sigo viviendo en mi casa, bobo. —Se ríe—. La verdad a mi madre no le importa lo que yo haga, por eso no te preocupes —dice tranquila, pero puede notarse en su gesto que eso le entristece, luego vuelve a sonreír—. Me alegra que no nombraras a Flex.

—Debí hacerlo, pero la seguridad es primero, eso dice mi padre.

—¿Te llevas bien con tu padre? —curiosea.

—Con sinceridad no —expreso serio—. Aunque no pienso que hayas venido a hablar de ese tema.

—En realidad sí, pues quiero conocerte, por eso estamos hablando.

—No creo que sea buena idea, coneja.

Frunce el ceño.

—No me digas así.

—Lo seguiré diciendo para que recuerdes que soy el mejor amigo de tu ex.

—Me importa una mierda —expresa irritada, casi presionando los dientes.

—Pelirroja peligrosa, das miedo. —Sonrío.

Se sonroja.

—Bueno... —Hace una pausa—. ¿No estás feliz de que no te haya roto la puerta?

—Ah, tranquila, la arreglé yo, no tuvo que enterarse nadie.

—¿La arreglaste? Hasta eso haces, eres perfecto. —Se muerde el labio inferior.

—Esta conversación se está volviendo incómoda, así que por las dudas te lo repetiré, me gustan las castañas inofensivas.

—¡Agregaste lo de inofensiva! —se queja.

—Ni creas que te voy a hacer caso si te tiñes el cabello, uno no debe cambiar por los demás, ¿entendido? —le doy un consejo.

—¡Por favor, no soy tan boba!

Sonrío.

—Me alegra.

—¿Puedo pasar? —expresa emocionada y menea las caderas.

—No —digo cortante, pero mantengo la sonrisa.

—Sé que no está Flex. —Hace puchero—. No nos descubrirá.

—Por favor, no me coquetees. —Insisto en sonreír, intentando ser amable.

—La verdad es que me di cuenta que me gustas, Ostyn. —Se muerde el labio inferior otra vez y sus mejillas vuelven a sonrojarse, me observa con intensidad como un lobo hambriento—. Así que no evitarás que te coquetee, menos si estamos a solas. —Revolotea las pestañas.

—Lo siento, pero ya te dije, no estoy interesado, además si eso fuera cierto sería ilógico, antes ni sabías de mi existencia y ahora que ya no sales con Flex me estás prestando atención, parece más venganza que otra cosa.

—Vale, sé que se ve mal y puede que al principio se me cruzara por la cabeza, pero la verdad es que sí me empecé a interesar en ti. En serio, lo juro, estoy siendo sincera, créeme.

—Se nota la sinceridad, pero eso no cambia nada.

—¿Y esto? —Alza dos latitas, las cuales al parecer tenía escondidas detrás, así que me sobresalto.

Eso es trampa.

—Yo...

—¿No puedo pasar? —Avanza hacia mí, por lo tanto retrocedo, entonces aprovecha para entrar al cuarto y cerrar la puerta con su pie—. Podemos compartir. —Abre con su boca una y se escucha el sonido del aire escapar—. Prometo darte una y si me sobra darte la otra. —Se relame los labios.

Mierda, está jugando sucio.

Intentar seducirme con mi bebida favorita, eso es traicionero.

¡Es de uva, no puede ser!

___

Trina ya sabe cómo atrapar a nuestro chico refrescos 🌚💖

La pregunta es ¿Por cuánto tiempo? ¿Funcionará del todo?

¡Veamos la fuerza de voluntad de Ostyn!

Atte: Vivi. 

Pelirroja PeligrosaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu