Epílogo

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POV Narrador:

Horas más tarde después de que ocurrió el evento, Heisenberg llegó al castillo, preocupado, llegando al grado de tener una crisis ya que no sabía nada de Alcina ni de Helena.

Preguntó a las sirvientas y solamente Maria pudo explicar un poco la situación, pero aún así no podía estar tranquilo.

Ordenó a varios lycans buscarlas y estuvo así durante un rato en el castillo, hasta que Urías encontró el paradero donde se encontraban.

Fue lo más rápido usando su poder de teletransportación, rogando que estuvieran bien, pero lamentablemente eso ya solo podía ser un deseo.

Llegando al lugar donde se encontraban los cuerpos de lo que era la parte de bestia de Alcina y el cuerpo recargado en el mismo de Helena, Heisenberg quedó estupefacto en la entrada.

No había respuesta de su parte, no sabía cómo reaccionar ante lo que sus ojos estaban contemplando.

Dejó caer su martillo mientras caminaba hacia ellas aún logrando aceptar la realidad de lo que había sucedido.

Su mirada parecía perdida al igual que los susurros que salían de entre sus labios.

Se hincó una vez estando frente al cuerpo de Helena, se quitó sus lentes dejando ver sus ojos cristalizados conteniendo las lágrimas que estaban por brotar.

Colocó su mano en el rostro de Helena, el cual le daba una sonrisa que alegraba su vida, el cual le hacía burlas sobre su personalidad o simplemente el que le daba miradas amenazantes cuando la molestaba y que ahora estaba frío y pálido.

Acarició suavemente su mejilla mientras las lágrimas brotaron de sus ojos.

Le llamo una y otra vez con una voz suave, esperando que tuviera respuesta a su llamado como siempre lo tenía, pero el silencio fue su única respuesta.

Desvió la mirada hacia su pecho observando el orificio que la bala le había hecho.

Una rabia, odio y venganza creció en ese momento dentro de él mientras lograba imaginarse como había terminado de esa manera .

Tocó suavemente el orificio sintiendo aún sangre fresca.

Retiró su mano y se acercó más a ella, cargando su cuerpo entre sus brazos mientras observaba la bestia que era parte de Alcina.

Dió la orden a Urías de buscar a Ethan y acabar con él de una vez por todas.

Urías obedeció y rugió, llamando a los lycans de la zona y sin perder tiempo emprender con la orden que le habían dado.

Inclinó un poco su cabeza haciendo una simulación de despedida con ella hacia el cuerpo de lo que en algún momento fue Alcina Dimitrescu, se dio la vuelta y salió del lugar.

Caminaba por la villa siendo acompañado por lycans, las pocas personas que aún se encontraban ahí y que habían conocido Helena lamentaban su muerte.

Heisenberg veía a Helena seguido mientras caminaba hacia las afueras de la villa, teniendo recuerdos de las veces que estuvo con ella, que incluso cargándola nuevamente de esa manera lo hizo volver atrás en el tiempo el día que la salvó y que la conoció por primera vez.

Nunca se llegó a imaginar que la cargaría de nuevo pero ahora para su entierro, simplemente no podía entenderlo, no podía aceptarlo.

La Guardiana de la DuquesaWhere stories live. Discover now