Cap 5: Los Caprichos de la Duquesa

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Había pasado una semana desde que Heisenberg me entregó a su hermana y claro desde que sus hijas me atacaron y terminé colgada en el techo...nada agradable para haber sido mi primer día de trabajo en este lugar.
Veía ir y venir a Heisenberg y a Donna con Angie, Moreau no solía ir ya que la mayoría no lo quería además que de solía dejar un mal olor a cualquier lugar que iba, como a pez muerto o huevo podrido o similar a ello.
Cada que iba Heisenberg se llevaba una silla y desde las alturas platicaba con él, al igual que Donna solo que como normalmente habla más Angie que ella pues digamos que se la pasaba burlándose de mí al haber terminado así en mi primer día.
Después de varias horas apareció mi señora, se acercó a mí y yo solo la recibí con un sonrisa un tanto forzada a lo que ella lo tomo como un insulto y me jalo mis mejillas con fuerza.

A: Deja de darme esa estúpida sonrisa de todos los días. Siempre que vengo a verte haces lo mismo, deberías de estar desesperada y deseando salir de aquí. ¿Por qué quieres seguir aquí como un perro encerrado?

-.......

A: Dí algo! No te quedes callada maldita perra!

La miré con seriedad a los ojos hasta que se dió cuenta de que no podía hablar ya que aún jalaba mis mejillas. Las soltó y si un leve suspiró mientras sentía como me ardían.

- Por que desde el primer día le dije que renuncié a mi libertad para poder cuidar de usted y protegerla.

Después de decir ello sentí como si la gravedad quisiera sentirme de nuevo contra el suelo, si....ya me había soltado las cadenas y por ende me termine estrellando contra el suelo. Sentí como me levantaban jalándome del cuello de mi blusa y me ponían de pie y me di cuenta que había sido ella.

A: No se que más hacer contigo, mis hijas te atacaron en tu primer día aquí y te colgué por una semana del techo.
Veo que será difícil deshacerme de ti además de que no puedo matarte con mis garras ni succionando toda tu sangre.

-A lo mejor porque sabe que le seré útil para lo que me pida, incluyendo cuidar a sus *adorables" hijas, cumplir caprichos de usted o o que necesite.

A: Huh? Dijiste....caprichos?

-Ehm...si?....¿Dije algo malo mi señora?

A: No, para nada, más bien se me ocurrió algo.

Se le formó su sonrisa de cuando tenía algo en mente que podría traerme a mi desgracia, me agarró del cuello de blusa de la parte atrás y me jaló de nuevo por el castillo sin saber a dónde me llevaba, solo rogaba que no me sacara mis entrañas o mi sangre, tenía una partida pendiente de ajedrez con Angie y tenía que ganarle para que pudiera ser mi juguete por una semana, quería divertirme con ella y torturarla como venganza por el gran susto que me llevé cuando la conocí la primera vez.
Pasamos por varias puertas hasta salir al jardín central el cual cruzamos hasta el otro extremo y entramos por otra puerta, subimos unas escaleras y logré ver a sus hijas seguirnos, en pocas palabras estaban frente a mi.

D: Madre al fin podremos comernos esta gran comida?

A: No hijas, aún no, necesito eh...ver ciertas cosas con ella antes de comerla. Así que hijas mías vayan a ver cómo va la cosecha de la Sanguis Virgins.

C&D&B: Si madre.

Sus hijas desaparecieron en un enjambre de moscas....palomillas o no se que sean esa insectos, sol se que me provocaban repulsión y más al saber que dos de ellas bebieron de mi sangre hace una semana.
Mi señora se detuvo ante un puerta y en cuanto la abrió me aventó contra un sillón, enseguida entró y se sentó frente a su tocador por lo que pude ver, agarró un...labial y se retocó sus labios mientras me veía desde el espejo.
Desvíe la mirada evitando verla ya que no me gustaba la tensión que se formaba cada que nos venimos,  pero aún así estaba atenta a cualquier palabra que saliera de sus labios.

La Guardiana de la DuquesaWhere stories live. Discover now