Cap 13: Sueño o Pesadilla

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Los días pasaban con rapidez desde que el Contrato fue hecho, el resto de la "familia" se terminó enterando de que ahora ya soy parte de la Familia Dimitrescu y que en pocas palabras mi adorado apellido Karnstein ya no existía más, pero obviamente no iba a dejar ir me dijeran Helena Dimi-.... No, no pertenezco a esa familia y no lo haré.
Heisenberg iba más seguido al castillo a ver a la Duquesa y hablar sobre la ceremonia con madre y la bebé que estaba involucrada, por lo que noté hace poco en los aposentos de la Duquesa es que Madre les había dado a cada uno de los líderes de las casas unos frascos amarillos, pero no sabía el contenido de ello y al parecer eran importantes para la ceremonia y que debían de protegerlos de Winters.
Hablando de esa rata del calabozo, lo había visto mucho últimamente en el ático y el techo del castillo, llegué a pensar incluso que se iba a suicidar pero no fue así, solo iba de un lado otro como si buscara algo. Así que me dediqué a observarlo desde las sombras hasta descubrir que era lo que pretendía ese hombre el cual no tenía dos dedos de su mano izquierda, supongo que algún Lycan se los habrá comido o lo mejor Bela en su intento de atraparlo se los cortó.
Mientras dejan que el ratón siguiera vagando por el ático, me encontraba sentada en la barda de un balcón que daba hacia el jardín central del castillo el cual te llevaba directamente a los aposentos de la Duquesa, fumando como siempre un cigarrillo y teniendo mi garbardina sobre mis hombros mientras sostenía al cachorro en mi regazo hasta escuchar la voz de la Duquesa a mis espaldas.

A: Helena por favor ve a la casa de Beneviento a recoger un vestido que le encargué, Daniela te acompañará.
En cuanto regresen ve a mis aposentos ya que tengo que hablarte sobre algo referente a la ceremonia de Madre.

-Como usted ordene, Duquesa.

A: Te he dicho que no me llames así.

- Recuerde yo no volveré a decirle cómo antes...

Me voltee y baje de la barda, le entregué al cachorro y entre al castillo en busca de Daniela en el salón principal.

- Daniela!

D: Al fin ya jugaras conmigo Helena. *Decía en un tono burlón y a la vez para provocarme*

- No, iremos por un vestido de tu madre a la casa de Donna, así que vámonos, no quiero perder mi tiempo.

D: Que amargada te haz vuelto desde que regresaste.

- Si si lo que digas, ahora mueve tu trasero volador y vamos...

D: Ash!

Salimos del castillo y fuimos a pie, me preocupe al ver que el clima era un poco frío pero con los pocos rayos de sol que había, no tenía que preocuparme de que se llegara congelar como Bela.
Es la primera vez que el camino se me hace largo hacia la casa de Donna, a lo mejor era por las paradas que hacíamos constantemente por culpa de Daniela que quería entrar a todas las casa de la villa en busca de alguna presa para su madre o solo para ella.
Después de poder salir de la villa y tomar el camino hacia la casa de Donna, sentí a Daniela encima de mí o bueno parte de ella.

D: Oye Helena... ¿Por qué no pudiste regenerarte tu ojo? Tienes la habilidad para sanar tus heridas por más graves que sean.

- Eso no lo se.... Debería de haber podido pero algo sucedió ya que las garras de tu madre son como simples navajas.
¿A qué viene esa pregunta Dan?

D: Porque me siento mal al verte así...

-¿También ya te pusiste sentimental? Vaya, las Dimitrescu ahora son más interesantes que antes. Nunca había visto ese lado de ustedes....

La Guardiana de la DuquesaWhere stories live. Discover now