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Hola, les dejo tres capítulos para el fin de semana, cuídense y que estén excelente.

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Camila se sentía como una arrastrada. Le bastaban dos minutos de yacer debajo de Lauren Jáuregui y escucharla roncar en su oído ruidosamente, para irse como una perdida. Estaba desnuda, salvo por su falda, que estaba enrollada en tomo de su cintura, y sus sandalias, que ninguna de ellas se había molestado siquiera en retirar, empapada en el sudor de ella, y pegajosa. Tenía un gusto agrio en la boca, el sabor del whisky. El ambiente hedía a whisky y a sexo. No tenía modo de saber cuánto tiempo había dormido, si eran quince minutos o varias horas., Sólo sabía que estaba muerta de cansancio, le dolían los músculos y se sentía sucia.

Sentía vergüenza al pensar en lo que Lauren le había hecho, y cómo ella se lo había permitido y había gozado.

Lauren Jáuregui. Su ex alumna. Varios años menor que ella. convicta. Amante de Demi y sabía Dios qué otras mujeres además.

La misma Lauren había dicho que fantaseaba con hacerle el amor desde la época en que ella era su maestra de Lengua en la secundaria. Camila simplemente la había ayudado a volver realidad un sueño de adolescente en un interludio que era poco probable que se repitiese. Sin duda, esa única vez fuese todo lo que ella deseaba. Era todo lo que ella podía esperar. De cualquier modo, ¿qué pretendía... una relación? ¿Con Lauren Jáuregui? La sola idea constituía una broma de mal gusto.

Ella había llorado en sus brazos. Al recordarla, Camila Cabello sintió un vuelco en el corazón. Por mucho que odiara admitirlo, sentía algo más que compasión y lujuria por Lauren. Sentía cariño. Y mientras que ella la viera como un hombro sobre el cual llorar -una figura materna quizá-, no podría quererla de igual manera.

La ponía "caliente", había dicho Lauren. Camila temía que a eso se limitara su interés en ella. Ahora que había conseguido lo que quería, pues...

No la respetaría por la mañana.
Esa frase tan trillada, extraída de sus lecturas, brotó en la mente de Camila. La habían criado para ser una dama... otra frase trillada, un anacronismo inclusive, pero no podía evitarlo, era la verdad. En los pueblos del sur aún había damas, además de mujeres que no eran damas ... y esas damas sabían que, si una joven era fácil, el hombre tomaría lo que pudiera obtener y luego pasaría a la próxima conquista como una abeja que revolotea de flor en flor. Y en su mente Lauren era igual a ellos. Fácil era un término demasiado moderado para describir su

actitud. Ni siquiera disoluta bastaba. Aunque amaba las palabras, ni siquiera a ella se le ocurría una lo bastante sagaz.

Camila casi temía tocarla, ya que podía despertar y si ella tendría que hacerle frente, en ese momento mismo, tal como ella estaba, tal como estaban las dos. No creía poder soportarlo.

Pero era necesario moverla. Su peso se estaba tornando cada vez más insoportable y a ella le empezaba a doler la espalda de estar aplastada contra el duro suelo. Además quería partir.

Merced a mucho retorcerse y mucho empujarle el hombro izquierdo, Camila pudo liberarse al fin. Lauren seguía durmiendo, inerte, cuando ella se puso de pie. Con las rodillas temblorosas, se detuvo mirándola mientras hacía lo posible por alisar su falda arrugada. Los ronquidos de Lauren habían aumentado de volumen. Camila comprendió que el sueño de Lauren no brotaba de su satisfacción sexual; estaba atontada por el exceso de whisky.

Por un momento tuvo que resistir el impulso de darle un puntapié, así dormida.

Lauren tenía los brazos estirados, los dedos doblados sobre la alfombra. Tenía las largas piernas muy juntas, probablemente debido a la constricción de los pantalones tejanos y los calzoncillos, que tenía bajados hasta medio muslo. Sus nalgas estaban desnudas, lindas nalgas, apretadas, redondas, que eran como había podido comprobar, tan duras al tacto como parecían. Eran lisas y varios tonos más claras que la bien marcada parte superior de sus muslos. La hendidura de sus muslos atrajo la mirada de Camila, que al recordar que había hundido los dedos ahí enrojeció y apartó la vista.

En el Verano (Camren Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora