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Hola, espero que se encuentren excelente, gracias por seguir la historia, si ven algún error me lo marcan por favor.

Minutos más tarde, cuando entraron en el Reloj, Camila vio enseguida que el restaurante, aunque concurrido, no estaba repleto ni mucho menos. Camila sonrió a Jane Morris, una mujer regordeta, de aspecto alegre y poco más de sesenta años.

-¡Vaya, Camila, me alegro de verte!

Tras los hombros de Camila, Jane vio a Lauren Jáuregui, que se erguía alta, morena y desaliñada. Su sonrisa titubeó.

-Yo también me alegro de verte, Jane. ¿Cómo está Mel?

El marido de Jane se había roto un tobillo dos meses atrás, y su recuperación había sido lenta. Aún cojeaba mucho y usaba bastón.

-Más o menos. A nuestra edad no es tan fácil curarse una fractura -repuso Jane, recuperada de su obvia sorpresa por la identidad de la acompañante de su amiga. La determinación con que miraba a Camila revelaba su consternación.

Con una amplia sonrisa, Camila decidió tomar el toro por los cuernos.

-Recuerdas a Lauren Jáuregui, ¿verdad?-Era una pregunta ridícula, por supuesto. En Tylerville todos se conocían desde el nacimiento, y Lauren Jáuregui era el personaje más famoso del lugar. Sabrás que ahora trabaja para nosotros en la ferretería. He sido maestra suya en la secundaria.

Sin ser pronunciada, entre las tres flotaba la palabra antes. Antes de que Keana Issartel fuese hallada con tres cuchilladas en el cuerpo.

-Por supuesto Lauren, tú conoces a Jane Morris.

Camila tendió una mano y rodeó el musculoso antebrazo de Lauren Jáuregui, y la instó a adelantarse hasta que quedó frente a ella. Ninguna de las tres delató, ni siquiera con un parpadeo, que esa noche era la segunda visita de Jáuregui al restaurante.

Jane te dirigió una mirada de desaprobación desde el cabello revuelto hasta las gastadas botas.

-Señora Morris...
Si el saludo de Lauren fue brusco, no lo fue menos la actitud de Jane Morris. "De nuevo en la brecha", pensó Camila con un humor ligeramente histérico.

-¿Y cuál es el plato especial esta noche, Jane? Espero que sea pan de came.

-Pues tienes suerte -repuso Jane, que se suavizó al dirigirse de nuevo a Camila-. Pan de carne con puré de patatas, entonces... ¿Quieres té helado?

Mientras hablaba, las conducía a una mesa situada al fondo. Victoria. Cuando Jane se volvió y les hizo señas de que la siguieran, Camila sintió que los tensos músculos del antebrazo de Lauren se aflojaban. Evidentemente ella no se había sentido tan segura del desenlace como Camila.

Pero Camila supuso que, en virtud de ser Lauren Jáuregui, ella estaba habituado al rechazo.

Cuando llegaron a la mesa indicada, Jane llamó a su camarera de rosado uniforme:

-Demi, Camila quiere té helado y el pan de carne. -Desvió la mirada hacia Lauren que se estaba acomodando en un asiento.- ¿Y usted, qué?.

Si en su tono bien hubo cierta dureza, al menos le había hablado directamente, lo cual era un paso enorme. Jane no solía desairar a alguien sin motivo.

-Pediré lo mismo.
-Que sean dos -gritó Jane a Demi; luego sonrió a Camila. -Saluda a tu mamá de mi parte.
Lo haré -prometió Camila. Jane Morris se alejó de prisa ante la llegada de nuevos clientes.
-Aquí están sus bebidas. Traeré la comida en un minuto.

Demi sirvió de una bandeja dos vasos altos y húmedos, y los colocó sobre la mesa. De pronto, al ver a Lauren por primera vez, se sorprendió:

-¡Vaya, Lauren Jáuregui! ¿Qué haces fuera de la cárcel?

En el Verano (Camren Gip)Where stories live. Discover now