La vecina de Julie, y su mejor amiga desde hace tiempo, Olivia, es una grunge, una chica obsesionada con la guitarra sin filtro. Las dos chicas están juntas la noche que cierto 'Sunset Curve' CD causa que tres de los miembros aparezcan. ¿Qué pasa cu...
Olivia se sentó en su escritorio después de la escuela, doblando las piernas en su silla. Julie le había preguntado si quería ir al estudio con los chicos, pero ella dijo que no. Necesitaba encontrar una manera de deshacerse de sus sentimientos por Luke. La única esperanza en eso era ignorarlo por completo. Bueno, ignorarlo un poco. No podía hacerlo obvio.
Otra forma que siempre ayudó fue escribir sus sentimientos. En canciones. Al expresar la forma en que se sintió de alguna manera, la hizo sentir mucho más libre.
Olivia agarró su cuaderno y su bolígrafo, abriéndolo a la siguiente página abierta. Golpeó la mesa con el bolígrafo y escuchó el sonido de un clic una y otra vez mientras pensaba en qué escribir. ¿Cómo se sentía ella por él?
Ella nunca había escrito una canción con sentimiento 'romántico'. Se trataba principalmente de su vida hogareña y de estar sola cuando era niña. Triste, ¿verdad? ¿Por dónde empezaría con esto?
Su mejilla descansaba contra su palma mientras miraba las polaroides pegadas a su pared. Sonrió a los de ella, Julie y Flynn,. Entonces su sonrisa vaciló ante la de ella y la madre de Julie cuando tenía diez años. Fue el día en que la mamá de Julie dijo que podía quedarse en su casa cundo quisiera.
Ella recordaba ese día tan vívidamente. Recordó la forma en la que lloraba. Recordó cómo se sintió, por primera vez, al saber que tenía un hogar amoroso al que ir a casa. Recordó a la mamá de Julie ayudándola a mover sus cosas. Recordó cada pequeña cosa como si fuera ayer. La mamá de Julie era la única persona que conocía el problema en su totalidad. Ahora es aún peor, y todos los días deseaba poder hablar con ella al respecto.
Aunque su mente se había distraído un poco, la imagen le dio a Olivia una idea de qué escribir. Primero necesitaba detalles vívidos sobre lo que le gustaba de él, y luego podría ponerle música...
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Olivia inclinó la cabeza mientras miraba alrededor del vasto y vacío espacio. Era una completa nada blanca desde todas las direcciones en las que miraba. Sus cejas se fruncieron mientras formaban un círculo, como si eso pudiera ayudar.
De hecho, lo hizo, porque sus ojos se posaron en un conjunto aleatorio de cortinas a un par de pies de ella. Olivia caminó hacia ellas, mirando con recelo hacia atrás. ¿Qué está pasando?
Se pasó el pelo detrás de la oreja mientras apartaba un lado de las cortinas, moviéndose lentamente hacia la oscuridad. Sus ojos recorrieron el pasillo que estaba más allá de las cortinas; luego, un repentino destello de luz sacudió su mirada hacia adelante.
Cuando la luz se apagó. Olivia pudo ver una habitación más adelante. Había una barandilla, y justo después de ella, pudo ver una pared con hermosos esculpidos y detalles de oro. Sus ojos se estrecharon mientras se acercaba más y más, hasta que estuvo parada en la plataforma frente a la barandilla.
Sus ojos se abrieron y su boca se abrió ante el extravagante salón de baile frente a ella. Las paredes conducían a un techo alto y arqueado con intrincados detalles de escultura alrededor de los bordes. Colgando del centro tenía que estar el candelabro más grande que había visto en su vida. Iluminaba el resbaladizo suelo de abajo con la brillante luz de las velas.
