Capítulo 65 🖤

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La cima del castillo real se había convertido en grandes escombros que barrían todo el edificio hasta llegar al suelo. Los gritos de los ciudadanos impregnaban a la capital de rasgos terroríficos y caóticos. La sangre bañaba las calles como lluvia torrencial y la destrucción tocaba todo lo que se mantenía estable. Y entre tanta agonía la bruja de cabellos de plata, causante de todo ello, se paraba sobre el escenario exclusivo del Rey, en donde llevaba a cabo todas las sentencias de muerte. Quería mostrar a todo habitante que aún no había sido asesinado cómo una cuchilla descendería hasta separar la cabeza del cuerpo del Rey.

"Esto no puede estar pasando"

Su sonrisa era tan placentera que no podías imaginar a una expresión más cínica que esa. Rebosaba de poder, ya que había alcanzado su momento más álgido y perfecto. La magia más extorsiva y maligna había sido manifestada, y para ello había necesitado un objeto de lo más importante, a la portadora del dios Efimeres, Jissel.

"¡Jissel!"

De a poco fue creando su camino hasta tomarla como pertenencia, usando sus poderes a su favor. La ubicación de la chica era secreta, y la mantenía dentro de un circulo de hechicería de extracción. No podría moverse, no podría pensar, ni siquiera sus latidos podían saltar por su propia cuenta. Ella se había convertido en el núcleo de devastación, utilizando su encantamiento de fidelidad y adoración que mediante el circulo como un espejo fue trasladado a Casiopea, convirtiéndola a los ojos de los caballeros reales su Reina, y como a todo Reina se la debía obedecer. Así que lo peor que podía pasar, que era que los propios soldados de la corona acabaran con Versobia, estaba sucediendo ante sus ojos.

Que se convirtiera todo en cenizas se quedaba corto en este punto.

El Rey junto a la Reina entre todo el sufrimiento, y golpeados reiteradas veces, habían sido llevador por sus soldados hasta el escenario principal. Escupían sangre y maldiciones, pero aunque mostraran asco y ninguna plegaria, a la bruja no le había causado absolutamente nada. Casiopea entonces caminó hacia la guillotina donde el Rey ya había sido acomodado perfectamente en el hueco.

—No piense por favor que yo sería capaz de cortar su cabeza —Casiopea dice con suavidad —no soy tan cruel.

El sarcasmo de la bruja hacía tiritar de furia al Rey.

—No voy a pedir perdón maldita bruja, moriré escupiendo sus pies —y expulsa sangre desde sus labios hasta llegar cerca de los zapatos de Casiopea.

—Siempre pensé que eras un bárbaro... lástima que no diría lo mismo en la cama —sonríe con oscuridad.

—¡Demonio! —la Reina soltaba en llantos.

Casiopea da unos pasos hacia atrás, muy satisfecha, e inclina su brazo para dar paso a un hombre alto y manchado de sangre.

—Príncipe Eliot, ¿harías los honores? —ella comenta con emoción.

Los ojos de Eliot eran una laguna de espeso carmesí, sin sentimientos ni autonomía, como si su alma estuviera sostenida por las manos de Casiopea. Sus labios se abrieron con fluidez mientras de su ceja caía un hilo de sangre.

—Con mucho gusto, mi querida madre.

La cara del Rey se estremecía de miedo por primera vez, por el hecho de que su cuello sería cortado por su propio hijo a pesar de jamás haberlo tratado como uno, era como si en un par de segundos los lamentos lo azotaran, hasta que el príncipe corta la cuerda y el filo cae, rebanando todo a su paso.

Esa cabeza de rojos cabellos había terminado en una sesta de paja. Y era reflejado en las pupilas sumisas del Emisario Abel, dispuesto a llevar a la Reina como la siguiente en morir...

LA SOMBRA DEL DESTINOحيث تعيش القصص. اكتشف الآن