Capítulo 33 🖤

3.5K 492 211
                                    



Si no estaba segura de lo que haría a continuación, entonces solo me quedaba seguir a una persona que parezca confiable, y mi presentimiento indicaba que este chico, del cual aún no sabía el nombre, era seguro.

—Aunque ya me habrás oído, lo repetiré, me llamo Deva, ¿y tú? —le pregunto mientras lo miro a mi lado. Caminábamos por un sendero de tierra.

Ya habíamos bajado del carruaje, y estábamos dirigiéndonos hacia el pueblo que antes el chico había nombrado, en donde parece tener asuntos importantes. Pero lo esencial para mí era ser más cercana, ya que al parecer los Emisarios tienen muy buena impresión y la gente los favorece. El encargado de antes se veía muy servicial, y también la señora Vintery había dicho que le honraba su presencia. Algo especiales debían ser. Necesitaba reunir información desesperadamente, tanto para entender sus trabajos, como para debatir mis futuras opciones. Por lo pronto, debía usar a este joven Emisario para conseguirme una estadía, por ello debía oírme convincente y saber su nombre sería un buen pase.

—Ahora quieres saber mi nombre. No quiero pensar que lo que buscas es pegarte a mi como una sanguijuela —el Emisario responde hábilmente. Acelera sus pasos y yo debo trotar para alcanzarlo.

"Este chico es rápido"

—No, es solo que me vendría bien tener a alguien conocido mientras este en este pueblo. Además, tú me inspiras confianza —respondo con una expresión sincera.

El Emisario se gira y me mira extrañado, en su estupor baja la velocidad de su caminata.

—¿Te inspiro confianza?, ¿no se en que cosas te basas para estar tan segura?

—No digo que esté totalmente segura, pero ciertamente no me resultas para nada una amenaza —le sonrío con sutileza —puede que tu personalidad sea muy cerrada a simple vista, pero te tomas molestias que una persona dañina no haría. Como pagar mi pasaje, contestar a gente desconocida que te hace una pregunta, y luego esto, aceptas que te acompañe.

En silencio el Emisario levante la vista y mira hacia adelante, apurando nuevamente sus pasos. Yo intento retomar el lugar a su lado y lo logro algo agitada. Me deslumbraba su bello perfil, y creía que estaba muy cerca de las facciones adultas. No es que me sintiera atraída, llevo encima la conciencia de alguien en sus treinta, pero era innegable querer apreciarlo un poco.

—Una persona que no le importe absolutamente nada los demás no hari...

—Ya cállate... —dice levemente y sin dejar de mirar hacia delante —Abel...

"Que adorable, me ha dicho su nombre sin mirarme"

—Qué lindo nombre, Abel —digo satisfecha aguantándome la risa, él mientras no se inmuta.

—No eres alguien normal, ¿Qué maestro has tenido? —me pregunta con distención.

—Bueno eso... ¡oh! ese es el pueblo —digo levantando la vista.

"Tenía que cambiar de tema, no importa que fuera obvio"

Abel no responde, y continúa caminando.

Habíamos bajado por una pequeña lomada, logrando al fin avistar un pueblo relativamente grande, en donde se localizaba una larga llanura con poca vegetación, pero que era rodeada por paredes de árboles, como si hubieran creado este pueblo encima del boque, y por ello solo el centro estaba completamente llano. Las casas eran más rusticas que en la ciudad, pero exóticamente cada techo tenía un color diferente, como un hermoso arcoíris en medio de un bosque verde.

LA SOMBRA DEL DESTINOWhere stories live. Discover now