Capítulo 20 🖤

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Luego de haber sido vista como criminal en la tienda de cambio por mi apariencia sospechosa, pude obtener una gran cantidad de monedas de oro y plata, aunque algo había sido estafada, ya que el dueño se aprovechó de mi aparente edad, y me devolvió menos de lo que ese collar valía. Por lo menos cambió su mirada al observar que podría ser un buen cliente, después de todo me despidió con un "vuelva pronto" llevando una sonrisa de esquina a esquina. Quien no estuviera feliz después de obtener más ganancia de la que debería por este canje. Pero en si no me podría quejar, lo que había recibido me duraría bastante.

—¿Otra vez tú?, debí haber cambiado las señas de la puerta... —Madame Rosette dice en un suspiro.

—Esta vez traje dinero, así que debería tratarme como un cliente —digo formalmente mientras le muestro la bolsita con monedas.

—Pff... parece que sigues despierta.

—No gracias a usted Madame Rosette —me acerco al mostrador —pero quisiera ser respetuosa con usted, después de todo me enseñara a manejar la sangre de bruja.

—¿En qué momento acepte enseñarte?, no tengo tiempo de jugar contigo.

—Lo siento, pero aquí no veo a nadie más que yo —levanto mis brazos señalando los alrededores del local —¿Por qué se hace la difícil si sabe que no me detendré hasta que me acepte?

Su mirada se centra en mi cara, la cual se mantenía imperturbable y totalmente decidida. Se gira con cierto titubeo, y se notaba que se debatía para darme una respuesta. Luego se gira nuevamente para verme y me quita la mirada otra vez, como si su mente fuera de un lado a otro.

—Si tanto lo va a pensar, ¿Por qué no simplemente me pone a prueba? —digo con mis parpados caídos.

—No me parece mala idea —sonríe de lado —es una manera de eliminar a los incompetentes. No te das una idea la cantidad de personas que venían a mi pidiendo lecciones cuando era una pérdida de tiempo, sin ningún talento.

—Mi madre... o la de Deva. ¿Cómo era?

—Increíblemente persistente, y si, tenía mucho para dar... una lástima su final —su voz se apagaba.

—¿No podría contarme más de ella?

—Ah no niña, o es una cosa o la otra —sus cejas se levantan.

—Está bien, está bien. Solo dígame qué debo hacer para tener su tutoría —resignada entrecierro los ojos.

—Bien... —sale de atrás del mostrador y se acerca a mí. En un segundo saca una daga afilada de su manga caída —Antes que cualquier creación, debes aprender a resistir y mantener el flujo de sangre —desciende la punta del filo en su dedo y hace un corte pequeño y alargado hacia abajo. Enseguida la sangre empezaba a aflorar.

—¿Se detuvo?...

Absorta notaba como la sangre que salía rápidamente se detiene. Esa herida debería estar goteando en el piso, y en vez de eso, se mantenía el cumulo de sangre inerte en su dedo.

—¿Entiendes?, debes saber defenderte, aguantar los ataques, antes de saber atacar —la bruja se chupa el dedo y prosigue —muchos quieren aprender a lastimar antes que entender todas las propiedades y capacidades que en una habilidad se pueden explotar. Así que debes hacer lo mismo —me extiende la daga y yo la tomo.

—¿Pero no me va a decir cómo se logra? —la miro frunciendo el ceño —dígame qué debo hacer, o pensar, una pista por lo menos.

—¿No eras muy inteligente?, ¿acaso no puedes superar esta pequeña prueba? —sonríe y mira para otro lado —solo te diré que la fuerza se rige del deseo.

LA SOMBRA DEL DESTINOWhere stories live. Discover now