Capítulo 26 🖤

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Las clases de Alexander habían llegado a su fin por el día de hoy, y le quedaba el resto de la tarde libre. Gracias a los consejos de su hermana ahora lucia más descansado y vivaz, toda información le llegaba en un santiamén, y su capacidad para memorizar se había incrementado considerablemente, y solo por un poco más de flexibilidad en sus horarios. Pero ahora que tenía tiempo de sobra, se sentía aburrido, y algo ansioso, quería que las horas restantes sean valiosas, por lo que no tuvo mejor idea que visitar a sus dos hermanas. Según el mayordomo Emilio, deberían estar en este momento las dos juntas en la habitación de Deva, ya que como se había hecho costumbre, Deva ocupaba una parte del itinerario de Jissel para inculcarle "principios y herramientas de deducción y defensa" así es como lo solía llamar su hermana mayor. Cuando Alex le comentaba que también estaba interesado, ella le dijo que no le hacía falta, que él estaba más que apto en esas aptitudes. Aquello le provoco cierta satisfacción, pero a la vez dudas, así que esta era su oportunidad de husmear lo que le enseñaba a su hermana.

Para Alex ya era normal dirigirse a la habitación de Deva, lugar que a pesar de haber tenido tantos aciertos últimamente, seguía siendo abandonado, casi a su suerte, y apenas se podía hacer algo, ya que el poder sobre las sirvientas lo tenía su madre. Sin embargo, Deva jamás se quejó, hasta se podría decir que lo prefería. "Así es más tranquilo" Deva un día le había contestado.

Sin reparar más en el polvo de los estantes de al lado de la puerta de su hermana mayor, se decidió por tocar, pero notó que estaba levemente entornada, apreciándose una fina línea de luz que sobresalía y con ella las voces de adentro se hacían más nítidas.

—Puedo notar señorita Jissel que tiene una carga muy grande sobre usted —la voz de Deva se escucha seca y fría —me preocupa que no tenga la suficiente formación para manejarlo.

Alex estaba por tocar la puerta, pero las extrañas palabras de su hermana lo detuvieron en el lugar, con un sabor agrio en la garganta.

—Además se ve incomoda, ¿no sería mejor que descanse? —Deva continuaba con un falso tono de preocupación —no quiero que se sienta atada a esta cita, si lo siente un fastidio puede retirarse.

Al escuchar lo último se sintió confundido, y una horrible desilusión le recorrió la espalda, por lo que entorno más la puerta, hasta el punto que su cuerpo pasara, y estuvo a punto de hablar cuando la pregunta de Deva lo hizo sentir aún más desorientado.

—Ahora Jissel, ¿a qué piensas que me refería con lo que te acabo de decir?, ¿Cuál es la connotación negativa dentro de mis palabras? Y luego dime... —Deva se percata de Alex, que está parado inmóvil y con una expresión perdida, cuando Jissel había girado su cuello hacia la puerta primero.

—Hermano, has venido a visitarnos —la sonrisa de Jissel se expande con felicidad.

—Si...

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Al parecer Alex había malentendido las cosas, lo noté por su expresión tan graciosa. Así que él con el criterio un poco herido y una leve vergüenza se había quedado sentado a observa, luego de que Rebecca nos ofreciera leche chocolatada a los tres.

—¿Está hecho con el chocolate que te regalo esa niña Emily? —Alex se animó a preguntar, apoyando la taza en la mesa y viendo el contenido de un marrón suave.

—Así es, es realmente delicioso, ¿no crees Alex? —contesto luego de otro sorbo del chocolate.

—A mí me encanta —dice Jissel.

LA SOMBRA DEL DESTINOWhere stories live. Discover now