Capítulo 13 🖤

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El buen desarrollo de los acontecimientos había calmado el corazón de Rebecca. Veía a su señorita de la mano de Sharon mientras caminaban hacia el lago, y le había provocado un increíble alivio, ya que con la anterior presentación no podía encontrarle una salida positiva, pero como creía, Deva estaba a la altura de la situación y había salido airosa de las pésimas declaraciones, aunque no confiaba del todo en Sharon después de la extraña primera impresión.

Los sirvientes tenían su lugar de espera en el jardín. Observaban a sus amos con la intención de presentarse cuando ellos lo requieran y por si necesitasen algo. No era diferente para Rebecca, viendo cada paso que diera y prestando atención al entorno. Pero por un segundo se desconcentra al recordar una pequeña joya olvidada en su bolsillo delantero, sacándola y observando la cajita azul marino.

—Nos olvidamos de darle el regalo a la señorita Sharon, debería ir a... —ella se detiene y niega con la cabeza —No, será mejor que espere a su vuelta.

Rebecca guarda nuevamente la cajita en el bolsillo y sigue atenta a los movimientos de su señorita.

—Ah, parece que esta con un chico —en una sonrisita susurra.

Embelesada por la imagen que contemplaba, no había notado la presencia de otra sirvienta acercándose, y que sin aviso pasa bruscamente a su lado, golpeándole el hombro derecho.

—Ah...

—Disculpe —dice apurada y sigue su camino hacia la mansión.

—Está bien... —los ojos de Rebecca la siguieron mientras se retiraba apurada —¿Qué le pasaba?

Ella se gira notando así a Deva y a ese mismo chico subiéndose a un bote. Otra sonrisa satisfactoria sube a sus labios. Luego, con un tanto de preocupación vuelve a pensar en el regalo y tiene la intención de tomarlo por segunda vez, pero algo ocurrió, y es que esta vez el regalo no estaba en su bolsillo. Había desaparecido.

—¿Cómo? —vuelve a palparse en todos los sitios —¿Cómo puede ser?, estaba aquí hace un momento...

La expresión de Rebecca se desencajo de un segundo a otro. Debía ser esa sirvienta que se comportaba sospechosamente. Así que por momentos dudo en salir de su lugar, pero entendió que no encontrar el regalo significaría un golpe duro en la honorabilidad de Deva. Los demás la tacharían de miserable, y un descuido así, como no entregarle el presenta a la hija del duque Del Fatsia sería inapropiado, hasta insultante. Definitivamente terminaría agraviando la imagen de su señorita, así que sin pensarlo más, se dirigió hacia la mansión a paso veloz, decidida a encontrar a esa sirvienta que probablemente estaba siendo manipulada.

—No debió ir muy lejos —se sostenía la falda bien arriba con una mirada avasalladora.

Un mayordomo de una edad aproximada a la de Rebecca había captado la escena. Su rostro no denotaba cambios, pero la actitud desprolija de esa doncella le había llamado la atención. Dirigió nuevamente la visión a su joven señor, que estaba siendo atacado por varias niñas como era habitual, y levantó la vista al cielo que se volvía cada vez más oscuro. Él caminó con la elegancia que representaba su cargo hasta llegar a pocos pasos de su señor. Carraspeo con fuerza su garganta para llamarle la atención y al mismo tiempo a esas jóvenes nobles.

—¡Brandon! —su señor nota su presencia.

—Joven amo Dominick, sería lo más consecuente entrar a la mansión, parece que la lluvia esta por caer —le comenta en una elegante inclinación —además su hora de partir esta cerca, tiene cosas que atender.

—Claro, si —en una sonrisa se dirige a las niñas a su alrededor —Si me disculpan, tengo cosas importantes que atender y estoy demorado.

—¿Aaah?, pero no paseamos en bote.

LA SOMBRA DEL DESTINOWhere stories live. Discover now