Circe & Asher | [Heridas #1]

Capitulo 27

Supongo que, lo quiera o no, las despedidas siempre formaran parte de mi vida. No todas ellas serán dulces, algunas de ellas solo me alejaran de personas las cuales quiero de la forma mas caótica y cruel posible. Y algunas sabrán a tristeza, pero se que es por un bien mayor.

Me puse a pensar en eso la noche en la que estaba sola en casa, mientras Colin estaba en una fiesta de pijamas con sus amigos, y mis padres salieron a cenar con gente que conocían, yo me quede acostada en el sillón viendo una maratón de una vieja serie, cuando el timbre sonó.

Se lo que dicen en todos lados, no habrás la puerta estando sola en medio de la noche, pero no podía ignorarlo cuando se de quien podría tratarse tan tarde. Dejo el boul con palomitas y camino hasta la puerta, giro la llave y ahí esta Asher. Con las manos en su chaqueta y los pantalones de jean, le sonrío dejándole entrar.

—Creo que no te agradecí lo suficiente por haber ido al lago tan rápido luego del mensaje.-dice él y asentí. —Y lamento haberte ignorado el resto de los días.

—No pasa nada.—le asegure.—¿Tus padres saben que estas aquí?

—Si, y mi mamá quiere que le envíe una foto tuya, cosa que hare en un rato.—dice pasándose la mano en el cabello.

—Bueno, ahora que estas aquí, podemos ver una película. Mis padres no llegaran hasta demasiado tarde.—dije caminando al sillón pero Asher sostiene mi mano evitando que me siente, me sonríe de medio lado y suspira.—¿Paso algo?, ¿Estas...?

—No, deseo estarlo, pero no.—niega soltándome la mano y se masajea la frente.—De echo quiero decirte de algo, em...voy a irme.

—Pero...acabas de llegar.

—No, es decir...mierda tenía todo un discurso.—continua él pasándose la mano en su pantalón como si estuviera nervioso.—Circe, lo que viste en el lago, lo que hice, solo fue un pequeño grano de ir a Jimmy y comprarle todo lo que tuviera, tu sabes muy bien que no puedo evitarlo, no puedo seguir con todo esto, mi familia ya estaba mal pero ahora por mi siento que están peor, mi madre llora, mi padre me odia, mi hermana intenta ser la heroína del cuento...y estas tu.

—¿Yo?

—No puedo hacerte esto a ti, no puedo querer estar contigo y a la vez querer una línea de coca, estuve cerca de morir y eso no parece suficiente. Y necesito ayuda.—suspira.—Así que iré a un programa de rehabilitación, por unos largos meses.

—Pero y...¿tus clases?—pregunte, como si sus clases me preocuparan, él ríe levemente mientras pasa la lengua por sus labios.

—No deben preocuparte mis clases, eso lo arreglo.

Asentí y suspire. Lo mire a los ojos y sonreí.

—Me alegra que tomes un paso así de grande para tu recuperación.—dije y él me devuelve la sonrisa corriendo mi cabello.—Pero...¿debes irte esta noche?