Capitulo 4: Escuela [Parte 1]

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Culminan el ultimo escalón y a la par caminan así hasta el umbral de la cocina, los ojos de Shadow quedan absortos en la cuchillera de la encimera pero, Kya le aprieta la mano. Es esta su manera de dominar los instintos de su hermano mayor. Él le comparte una mirada rápida y se decide por hablar.

-Ya estamos listos, ¿nos vamos?- Se dirige a Rosalinda tratando de obtener su atención.

Ella quien prepara las loncheras con la merienda de sus hijos, se voltea y les obsequia una sonrisa y como de costumbre Kya desvía la cabeza a un lado, ignorándola por completo. Se les acerca, se inclina y los abraza, E menor tuerce la mirada por primera vez pero, nadie lo nota.

-Perra repulsiva- Piensa en sus adentros ante la muestra de afecto.
-Sean buenos. No lo hagan por mí, háganlo por la memoria de su madre. Ella de seguro quería lo mejor para ustedes- Pronuncia tales palabras. Sembrando su propia lapida.

Shadow suelta la mano de su hermano sin querer y aprieta sus propios dedos. Agacha la cabeza viendo su calzado. Inhala y exhala cuando se le desenfoca la mirada. Perdiendo la cordura solo de oírla.

-¿Ser buenos? ¿Lo mejor para nosotros?- La cuestiona alzando la mirada y viéndole a los ojos -Si hubiera sido ese su deseo, no se hubiera muerto... dejándonos solos en... este mundo, tan cruel y tan raro- Susurra con un tono de voz desquiciado, perdiéndose en su propia locura.

Kya ladea la cabeza detallando a su hermano, y mínimamente sus labios se separan articulando sigilosamente sus letras.

-¿Ser buenos?, no podemos, ya no tenemos bondad, lo único inocente en nosotros es nuestros piyamas. Ya nos despedimos de la inocencia. Yo pedí su muerte y Shadow hizo lo que yo quería que sucediera, seriamos criminales pero... somos niños ¿quién sospecharía?- En sus adentros el eco de sus risas es espeluznante.

Rosalinda se percata de su error y se muerde el labio inferior apenada. Se encoge de hombros avergonzada por hacerles pasar este mal rato.

-Lo siento- Se disculpa y recobra su sonrisa -Quiten esta apatía y pongan una sonrisa en esos rostros- Les intenta levantar los ánimos, aunque parece en vano.

A Shadow se le dibuja una sonrisita pero, de inmediato se cubre la boca con ambas manos, con un encanto incomparable. Kya le ve con detenimiento.

-Kya ¿puedes sonreírme?- Formula las palabras y estas letras le atraviesan el alma.

Shadow se voltea viendo a su hermano, él sabe que ha pronunciado las mismas palabras que la mujer que los dio a luz. Kya aprieta sus dedos, inhala y exhala. Lentamente en su memoria comienza a revivirse ese día. Lo que sintió al ver su cuerpo, al contemplar lo que su cerebro deseaba desde años atrás, desde el día en el cual su negligencia como madre la condenó.

La respiración del albino se precipita, sus mejillas se colorean insípidamente con la rabia, da un paso al frente y de una bofetada asesina al silencio que permanecía en la sala.

El impacto de su mano contra su mejilla parece detener el tiempo, él jadea con la ira incontenible en sus adentros. Se puede percibir por su respiración irregular.

-¡Hey ¿Por qué hiciste eso?!- Lo reprende ella, agarrándole del brazo y zarandeándolo.
-Eso fue lo último que mama le dijo, por eso lo hizo- Lo defiende Shadow soltándolo de ella y poniéndose en medio. No permitirá que le toquen ni un cabello a su hermano -No le pongas un dedo encima a mi hermano- La amenaza.
-Oh, lo siento no sabía, lo siento- Se disculpa enderezándose.

Está apenada pero, molesta. No estuvo bien que él le faltara el respeto abofeteándola, pero, ella también se ha equivocado.

Kya se sumerge una mano en el bolsillo lateral del pantalón y saca un bolígrafo de tinta negra. Le hala una de las manos a la joven mujer, y comienza a trazar letras sobre su piel.

-Jamás vuelvas a decir lo que ella decía, no hagas lo que ella hacía, no te vistas, no te parezcas a ella, para ser ella debes morir como ella- Marca las últimas palabras con fuerza en su piel.

Rosalinda lo observa, a él y a su escrito. Estas palabras en tinta negra y su mirada inexpresable la aterrorizan, sin parpadear y con el ojo derecho cubierto con su flequillo. Su palidecida piel de cadáver contrasta con su semblante.

-Entiendo. No digas cosas como la muerte. Asustas- Gesticula titubeando en sus palabras.

Su marido está parado en la puerta principal, ladea la cabeza viéndoles. Mueve el manojo de llaves en su mano derecha casi diciéndoles que deben apurarse. El umbral de la cocina queda paralelo a la entrada de la vivienda.

-Es tarde niños, vengan, debo llevarlos rápido al colegio, para después dejar a Gaia en el pre-escolar- Se precisa su voz en la ya silenciosa vivienda.

Kya sujeta la mano de su hermano de nuevo, manteniendo una fingida inocencia y timidez. Ambos observan por ultima instancia a la mujer, dan media vuelta y se disponen a seguir al hombre. El menor con su oso de peluche en una mano, en la otra su candado emocional.

Los niños observan el panorama de la ciudad nuevamente al estar en el asiento trasero de la camioneta familiar. Él conduce a una velocidad permitida, Shadow le sonríe a través del retrovisor. Kya se limita a fascinarse con la arquitectura. El mayor no se permite el derecho a perder su sonrisa, con la misma alegría de siempre, casi podría decirse que nunca deja de sonreír. El menor solo se limita a observar, sin mostrar emoción aparente por su entorno. Aunque le encante la estructura de la infra estructura.

Minutos más tarde el hombre se detiene, frenando en frente de la escuela primaria. Se desabrocha el cinturón de seguridad abre la puerta saliendo. Rodea el vehículo y abre la puerta trasera permitiéndoles bajar. Ambos salen del vehículo, sujetos de sus manos.

-Perdónenme por encerrarlos la otra noche, lo siento. Solo no vuelvan a hacer eso- Él les abraza y con una cálida sonrisa les dirige las palabras.
-Vale, seremos buenos- Miente Shadow con su sonrisilla traviesa. Pero cruza los dedos tras su espalda -Que idiota, ¿ser bueno?, yo solo quiero derramar sangre y divertirme- Piensa en sus adentros, tan corrompido como su hermano menor.

Finalmente él se despide y se sube de nuevo a su camioneta, enciende el motor y parte de allí dejándoles solos. Shadow suspira y halando suavemente la mano de su hermano, se encamina al interior de la fortaleza estudiantil, recorren el patio hasta entrar al colegio. Pasean por el amplio pasillo, las pupilas del imprudente niño de cabellos salvajes se maravillan con la majestuosidad del recinto estudiantil. Cruzan delante de un aula con un número marcado. 233 sobre el umbral de la puerta.

-Aquí es, ¿estás listo?- Aprieta la mano de Kya, viéndole directo a los ojos.
-...- Él desvía la mirada a un lado.
-Descuida, cuidaré de ti. Siempre lo haré- Le sonríe, buscándole la mirada hasta obtenerla.

-Creo a ti. Al mundo no- Se lee en sus labios –No quiero hacer esto- Se escapa un suspiro de sus labios. Sociópata.

-Te entiendo, yo tampoco deseo esto pero, es parte de nuestro juego. Inocencia ¿lo recuerdas?- Hace uso de su labia y le da las palabras que necesita para dar el siguiente paso.

-Sí, lo recuerdo- Asiente y se leen las palabras en sus labios –Se mi sostén en este peldaño- Le suplica apoyo, lo implora con su mirada.

-Todos mis días- Lo abraza, besa su frente dulcemente. Afecto fraternal y negado a los hermanos, por ser varones –No hay que temer- Se separa y le obsequia una sonrisa, sincera y traviesa.

Se aprietan las manos y abriendo la puerta ingresan al aula. Los niños del salón de clases enfocan sus miradas en el cabello albino de ambos gemelos, su apariencia es peculiar. Los colegiales murmuran entre ellos, susurrándose comentarios referentes a estos dos, tan raros a simple vista y aterradores en el fondo.

-¿Esta es la clase 3-b?- Pregunta Shadow.
-Si, esta es y ustedes deben ser los niños nuevos, ¿verdad?- El profesor amablemente les habla.
-Si, somos nosotros- Sonríe y su cabello salvaje le da el aire travieso que cualquiera con su vocación desearía.
-Que bien, estaba esperándolos- Pronuncia poniéndose de pie -Atención niños, silencio y préstenme atención- Se dirige a los estudiantes del aula -Ellos son los alumnos nuevos; Son Shadow Rinshuky y Kya Rinshuky, trátenlos como sus amigos- Os da la bienvenida, incauto de lo que está por desatarse.

Los labios de Shadow se arquean sonriendo, Kya se esconde detrás de su hermano, con la misma timidez de cada nuevo encuentro con el mundo real. Las pupilas del mayor de ambos se dilatan un par de milímetros domando a su desequilibrio mental. Sus manos se aferran a sus hombros, arrugando las mangas de su uniforme.


El Asesino sin Emociones (Gore)(Historia Propia)Where stories live. Discover now