5. Los Tejedores de Sueños

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—¿Sabes? Entiendo perfectamente a Huang Tuo —comentó Liu Mai mientras iban de camino hacia la siguiente tribu—. Yo también huiría si tuviese que casarme.

—¿Y cuando te enamores? —preguntó Li Luo.

—¡Bah! Eso nunca sucederá —resopló Liu Mai con un bufido de desprecio.

Ka Suo soltó una risita incrédula al escuchar tal afirmación por parte de su hermana, pero Li Luo optó por cambiar de tema.

—Por cierto, ¿qué sabemos acerca de los Tejedores de Sueños? —tanteó la Enviada del Guardián.

—Prácticamente nada. Siempre han sido una tribu muy misteriosa —respondió Ka Suo.

—No me gusta no saber —agregó Liu Mai, frunciendo los labios.

Cuando por fin estuvieron frente a las puertas de la Tribu de los Tejedores de Sueños, se adentraron en una ciudad desierta con un solo hombre que recorría las calles en actitud vigilante, cosa que les extrañó sobremanera.

—Parece que todos duermen en la ciudad —comentó Ka Suo en voz baja al asomarse a una de las casas y ver a un hombre tendido sobre un sofá, con los ojos tapados.

—¿Quiénes son ustedes? —habló el hombre, quitándose lo que le cubría los ojos y levantándose.

—Esta es nuestra primera visita a la Tribu de los Tejedores de Sueños y no conocemos sus hábitos. Lamentamos haber interrumpido su descanso —se excusó el príncipe.

—No se preocupen. De todos modos, no podía dormir. Si no pertenecen a la Tribu de los Tejedores de Sueños, es normal que no sepan que tenemos que dormir durante el día para poder permanecer despiertos durante la noche y vigilar los sueños de todos. Si quieren ver la ciudad cobrar vida, pueden quedarse en mi casa hasta que anochezca.

—Muchas gracias —expresó Ka Suo, haciendo una reverencia.

—Dígame una cosa —intervino Liu Mai—. ¿Cómo es el Jefe de los Tejedores de Sueños?

—Su Señoría Xing Jiu es un hombre amable y un buen líder. Si han venido a verlo, no se negará a recibirlos.

—No sé, hay algo que no me da buena espina —le susurró la princesa a sus compañeros—. Voy a investigar.

Liu Mai se separó de ellos y recorrió las calles despobladas, analizando todos los detalles con ojo clínico. Lo cierto era que también quería ocultar a ojos de su hermano el malestar que comenzaba a causarle su herida, la cual le punzaba cada vez más. Mordiéndose los labios, se limitó a sellarla con una nueva capa de hielo.

Cuando llegó la noche, Ka Suo y Li Luo recorrieron las calles y fueron testigos de un concurso entre Tejedores de Sueños, en el cual resultaron atrapados. Sin embargo, fueron salvados por el administrador de la tribu, quien los condujo al Palacio de los Sueños. Hasta allí también llegó Yan Da en compañía de Shi, y tanto el príncipe de la Tribu de Hielo como la princesa de la Tribu de Fuego solicitaron la Hoja de Cristal de Hielo que estaba en manos de los Tejedores de Sueños.

—Si la Tribu de Hielo y la Tribu de Fuego quieren la Hoja de Cristal de Hielo, tendrán que ayudarme a sacar a Su Señoría de su sueño —recalcó el administrador—. Desde que murió la princesa Xing Gui, la hermana de Su Señoría, él entró en un sueño y no desea salir de ahí. Su Señoría es el Tejedor de Sueños más poderoso; nuestros intentos por rescatarlo han sido en vano. Su Señoría es el único que conoce la ubicación del Cristal de Hielo. Al que sea capaz de rescatarlo, yo mismo se lo daré.

Finalmente, Ka Suo, Li Luo, Yan Da y Shi aceptaron entrar en el sueño de Xing Jiu, que resultó ser una fantasía onírica repetitiva en la que la princesa Xing Gui era asesinada. La segunda vez que se repitió el sueño, Li Luo trató de salvarla exponiendo su propio cuerpo, razón por la cual, al morir en el sueño, despertó en la realidad. A Shi le sucedió algo similar, pues despertó del sueño cuando murió en él. Por su parte, Li Luo descubrió que el Jefe de los Tejedores de Sueños estaba bien despierto y que todo había sido una treta para atrapar a Ka Suo en sus sueños. Explicado esto, Li Luo fue dejada fuera de combate y aprisionada también.

La Princesa de Hielo entre redes de sueñosWhere stories live. Discover now