Misterio en Castle Combe 1 ✓

Capítulo 55

27 de Marzo, 2019.

Entramos al despacho, era la primera vez que entraba siendo ya una Cuervo. Él se sentó en su silla y me ofreció que me sentara yo también.

—Siéntate, por favor. —Yo le hice caso y me senté, la silla era bastante cómoda para ser una silla bastante común de cuero—. Quiero preguntarte una cosa, y como te dije en la norma número siete, debes ser totalmente sincera.

—Por supuesto. —Yo asentí con la cabeza y esperé a que hiciera la pregunta.

—¿Te pasa algo con mi hijo? —dijo sin darle vueltas.

—No, bueno sí, a veces es algo... ¿Cómo decirle?

—¿Cretino? —respondió por mí.

—Sí, eso mismo, nos conocimos en un pasillo cuando él tiró sin querer unas cosas mías y después nos castigaron a los dos por formar un pequeño escándalo, hemos tenido nuestros rifirrafes, pero nada que no se pueda solucionar. Le aseguro que nuestra relación cambiará.

—Eso espero, no me gusta que nadie incumpla las reglas, llevo siendo líder desde que mis padres murieron, hace unos 17 años, más o menos. Y nunca he tenido muchos problemas con la primera regla, siempre se han solucionado rápido, espero que vuestra amistad surja cuanto antes. Lo entiendes, ¿no? —Me miró esperando una respuesta positiva.

—Sí, claro, señor. Haré todo lo que esté en mi manos —Era algo complicado, pero tenía que intentarlo. Era lo que Raven había pedido—. ¿Puedo preguntarle yo una cosa?

—Adelante —Estaba sumergido en sus papeles.

—Realmente, ¿a qué se dedica usted?

—Lo primero, llámame, Raven, no hay necesidad de tantas formalidades entre Cuervos, lo segundo, compro las motos, las arreglo y luego las vendo a mejor precio. —Me aclaró, era normal, solo con el bar no creo que pudiera ayudar a tanta gente como ayuda, o eso había escuchado. La gente lo pintaba de malo, pero siempre se le juzga a todo el mundo por su aspecto, sin embargo, lo que verdaderamente importa es el interior.

—Lo siento, le tengo algo de respeto, no le voy a mentir. —Nunca me había parado para observarlo. Blake era idéntico a él, pelo negro, aunque liso, no rizado, ojos verdes, color de piel café, alto, fuerte. Una réplica exacta.

—A todo el mundo al principio le pasa igual, pero luego al conocerme cambian y se les nota más relajados, a ti te veo bastante tensa, y no te culpo —sonrió—. ¿Tienes alguna pregunta más? Te contestaré a lo que quieras.

—Bueno, pues... ya que lo dice... Me gustaría saber ¿qué pasó cuando mi padre era Cuervo? ¿Por qué se fue? Si no es mucha molestia, claro. —A lo mejor debía de haberme callado esas preguntas inoportunas, su cara se puso seria y me arrepentí de formular esas preguntas.

—Vale, tu padre y yo éramos mejores amigos desde la infancia, de eso hace mucho tiempo ya, mi padre me heredó este puesto, que yo no deseaba en ese tiempo, yo solo quería libertad, pasarlo bien con mis amigos, pero mi padre me impuso esto, me enseñó a arreglar motos que es la herencia familiar, además de este bar y sus miembros, yo perdí cada vez más el contacto con tu padre.