Capítulo 1

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 11 de marzo, 2019

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11 de marzo, 2019.

Todo a mi alrededor estaba tranquilo, es lo normal en este pueblo, un abrumante silencio excesivo por cada rincón del lugar, solo se podía oír el golpeteo de mis pisadas en la calle cubierta por ladrillos y el pequeño sonido de las aves.

«Siempre es lo mismo.»

Extraño esa sensación de estar acompañada por alguien divertido, alguien que comparta el mismo sentimiento de libertad. Alguien que entienda mis silencios y logre interpretar mis palabras, alguien que esté ahí, al menos una vez más.

«Dominik...»

Ese pensamiento recurrente siempre llega a mí, como un susurro de conciencia para torturar cada parte de mi mente.

Mi paso aumentó, necesitaba llegar lo más rápido posible a Market Place. Mi padre me ha dejado encargado buscar unas cerillas, ya que mi madre necesita aleñar el fuego y el pedernal se ha agotado.

—¡Max! —Una voz reconocible interrumpió el silencio—. Justo necesitaba hablar contigo. —Mi ex mejor amigo se posó frente a mí, bloqueando mi camino.

—Por favor, Dominik. Te voy a pedir que te muevas. —solté, en un leve murmullo. Odio el hecho de hablarle tan bruscamente a este chico.

—Maxine, solo serán unos minutos. Necesito decirte algo... —Se puede notar un brillo histérico por su parte, hace mucho no hemos hablado, la preocupación desborda de él, como si fuera algo importante.

—Tienes cinco minutos, habla rápido. —Tomé una mejor postura para escucharlo hablar. Acepté porque me he preocupado por su comportamiento.

—Bien, es importante que guardes el secreto, necesito que por favor escuches con atención. —Hizo una breve pausa, miró hacia los lados paranoico.

Me he quedado aún más confundida ante eso.

«¿Qué diablos le pasa?»

—Es sobre los Sinclair... —susurró.

—Ya no quiero escuchar más. Olvídalo, Dominik —Lo detuve de inmediato. Alcé mis manos algo nerviosa al escuchar ese apellido—. No quiero escuchar, ver o siquiera saber algo sobre ellos... —estaba comenzando a respirar de manera errática.

«Regla número 1: No te acerques a los Sinclair.»

Ese pensamiento llegó como un camión de emociones impactando contra mí. Una ráfaga de temblores recorrió todo mi sistema, haciéndome perder el control de las extremidades. Intenté calmarme, tomar de nuevo mi postura, pero era algo imposible.

—¡Basta! —Llevé mis manos a la cabeza, no lograba tranquilizar este torbellino de nerviosismo que crecía con lentitud, es algo que tiende a desesperarse.

—Tranquila, Max. Solo necesito... —Levanté mi mano de inmediato. Volviéndolo a interrumpir.

—Dije que no, déjame en paz. Sabes muy bien las reglas en mi familia. —Lo empujé quitando su cuerpo de mi camino—. Adiós, Dominik.

No dejé que circulara otra palabra más, me dolía alejarlo de mí, tener a la única persona que me entendía fuera de mi vida es jodido. Él era en el único en el que podía confiar, pero lastimosamente él se unió a lo único con lo que yo no puedo ser fuerte, con lo único que no puedo enfrentar.

«Los Sinclair.»

Un escalofrío se hizo presente por mi espalda, espanté ese pensamiento de tajo.

Mi ex mejor amigo firmó nuestra separación el día que se hizo novio de la menor de los Sinclair, ese día fue el epicentro de tantas peleas y disgustos entre su familia, y la mía. Nada volvió a ser igual, todo había quedado en un punto donde me prohibían verlo, hablarle o tocarlo, tenía una gran cláusula en la lista que ya no podía hacer nada por él.

Sin darme cuenta, unas lágrimas rebeldes habían salido de mí, las pocas personas a mi alrededor me miraban algo desconcertadas, traté de ignorarlas y limpiar mis mejillas, me tranquilicé y comencé un trote algo apresurado hacia Market Place. Quería regresar a casa lo más rápido posible, necesito desahogar este enorme vacío que siento por él.

«Eres un idiota Dominik, ¿por qué de todas las chicas en este lugar la has elegido a ella?»

***

Por fin había llegado a mi hogar, un suspiro de tranquilidad salió de mis labios ante la relajación invadiendo mi cuerpo, cerré mis ojos, mientras estaba recostada de la puerta.

—¿Maxine? ¿Pasa algo, querida? —La voz aterciopelada de mi madre invadió mi sentido auditivo, una pequeña sonrisa se formó en mí. Abrí mis ojos encontrándome con ella.

—Todo bien, madre. Te he traído las cerillas, es mejor que aleñes el fuego antes de que se extinga. —Me acerqué a ella y le entregué la pequeña cajetilla — ¿Sabes dónde está Clarisa?

—Me dijo que estaría en Market Place. ¿No la viste por allá? —Mi ceño se frunció ante lo dicho por mi madre.

«¿Qué? ¿Mi hermana en Market Place?»

—No, no la he visto. —murmuré, confundida—. De seguro tuvo que entregar unas provisiones. —Intenté darle la menor importancia posible. Sin embargo, me encontraba intrigada.

—Es una muy buena suposición. Pero eso no importa, tu hermana es una muchacha muy ocupada, tal vez esté haciendo algo relacionado con el negocio. ¿Por qué no buscas a tu padre? La comida está lista. —Le di un pequeño beso a mi madre en la mejilla, no quería crear dudas, así que le hice caso y me encaminé en busca de mi padre.

El frío que hacía en el exterior me recibió cuando salí nuevamente de mi hogar. Me abrí paso hasta el corral que da hacia el bosque, de donde provenía un golpeteo constante.

Sin adentrarme tanto encontré a mi padre, tratando de tumbar un enorme pino. Lo miré desde una distancia prudente, con dos golpes más lo tiraría abajo.

—¡FUERA ABAJO! —El grito de mi padre y el sonido explosivo del árbol cayendo retumbó en el lugar. Luego se percató de mi presencia—. Oh, hola desconocida —habló, mientras secaba una leve capa de sudor que se situaba en su frente.

—Hola extraño. La señora de la casa dice que es hora de comer.

—Genial, ya estaba enloqueciendo de hambre. Ven, ayúdame a recoger esto. —apuntó hacia el árbol, al cual le ató una soga para luego comenzar a tirar.

—Cuánto desearía que Clarisa echase una mano. —comenté, mientras agarraba el enorme tronco junto a mi padre. Al final lo dejamos rodar por la pequeña colina que da hacia nuestro patio.

—Tu hermana fue a cazar, dijo que necesitaba cerrar un pedido.

«Espera un segundo, ¿cazando...? ¿no estaba en Market Place?»

Ahora sí me había dado mucha curiosidad, pues jamás creí que mi hermana fuese capaz de mentir.

«¿Dónde estará...?»

Decidí no pensar en ello por el momento, creo que es mejor que tenga una cena tranquila junto a mi familia, necesito un ambiente agradable después de este ajetreado día.

Decidí no pensar en ello por el momento, creo que es mejor que tenga una cena tranquila junto a mi familia, necesito un ambiente agradable después de este ajetreado día

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Misterio en Castle Combe 1 ✓Where stories live. Discover now