Capítulo 30 Una semana

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–Adonde yo quiera –repetí lo que él dijo-

-Si todo un día solo tú y yo –me apretó un poco más contra él-

-Me encantaría –estaba feliz y mucho pero esa felicidad fue interrumpida cuando lo recordé y espero estar equivocada-

-Castiel –sabía que tenía su atención así que suspire y hable claro – ¿usaste condón? – no recuerdo que lo haya hecho y si estaba en lo correcto estaríamos en un problema. Me preocupe cuando no contestaba –Castiel

-No –entonces no estaba equivocada me senté y él hizo lo mismo prendiendo la pequeña lamparita que había sobre la mesa de noche- Se me olvido –estaba serio al igual que yo nos dejamos llevar tanto por el momento que a los dos se nos pasó por complemento-

-Sabes lo que puede pasar –asintió-

-Pero no me molestaría tener un hijo, seria nuestro hijo –sonrío ¿feliz?, quede atónita ante la reacción de Castiel-

-¿Estás hablándome enserio? –Pregunte un tanto preocupada-

-Claro, Millhi te amo siempre he querido tener una familia contigo es que acaso tu nunca lo has pensado

-Si pero en un futuro lejano –no pensé que me digiera eso, nunca que me cansare de decirlo pero Castiel es toda una caja de sorpresas –No estoy lista para ser mamá

-Lo sé yo tampoco lo estoy pero puede que no vayas a quedar embarazada aun no lo sabemos y si llegase a pasar lo resolveremos juntos –me acurruco entre sus brazos y volvimos a acostarnos-

-Está bien –dije pegándome más a él, tiene razón solo tenemos que esperar a ver qué pasa, cerré mis ojos y me dormí entre sus brazos-  

***

Me desperté y moví mi brazo para sentir a Castiel pero no estaba así que me pare de la cama y me puse la camisa blanca que estaba en el piso, pensando que Castiel podría estar en el baño  pero cuando fui no estaba

-Espero que no te hayas despertado hace mucho –Me gire para encontrarme con mi guapísimo novio ya vestido y con una bandeja con comida en la mano-

-No, me acabo de despertar, para qué es eso –pregunte señalando la bandeja-

-Para que desayunes y luego te bañes –dijo poniendo la bandeja sobre la cómoda- ahora tengo entrenamiento y tú tienes clase

-En realidad tengo la primera hora libre –dije sonriendo- ¿puedo ir a verte entrenar? –pregunte y de inmediato se asomó una sonrisa en su rostro-

-Preciosa, de verdad me harás falta esta semana –hemos estado separados una semana y fue cuando Castiel se enojó y puede que parezca tonto o demasiado cursi pero fue la peor semana de mi vida, dependo demasiado de este chico que ni siquiera yo me lo puedo creer-

-Tú también, pero bueno voy a entrarme a bañar y luego salimos a tu entrenamiento hace tiempo que no te veo jugar –dije y me dirigí al baño, después de 15 minutos ya estaba lista y me tomo otros 15 minutos desayunar me trajo mucha comida y me hizo comérmela toda según él no estoy comiendo bien y no quiere que me enferme-

-Vamos –nos dirigimos al campo de futbol y allí ya estaban todos inclusive el entrenado quien mando a cambiar a Castiel y yo me iba a dirigir a las gradas pero alguien se acercó a mí-                       

-Millhi –tenía una sonrisa de oreja a oreja -Has estado muy liada –dijo el pelinegro en una pose relajada-

-Ni que lo digas, veo que ya se te quito el azul –no pude evitar reír al recordar la broma que le había hecho Castiel-    

Cayendo en tu red (Castiel CDM)Where stories live. Discover now