29. Planes sobre el futuro.

129 16 0
                                    

Listo. Eso había sido todo.

Me había acostado con Harry. Le había entregado mi virginidad.

La verdad era que no me sentía mal al respecto. Tal vez con esto había fortalecido el lazo con él.

Cuando todo termino él se encargó de llenar mi rostro de besos, me susurró que me quería y luego me vistió con sumo cuidado antes de marcharse. Decidió irse al amanecer, antes de que el sol se asomara.

Lo que me tranquilizaba al respecto de haber pasado la noche con Harry era que no había manchado las sabanas luego de entregarme por completo a él. Cuando fui al baño y oriné por fin pude ver la prueba de que ya nunca más sería Anna la virgen.

Me sentía un poco extraña, pero no quería hacer un gran alboroto. Me dolía la entre pierna, pero podía soportarlo.

Estaba completamente sola en la habitación. La luz del día ya estaba alumbrando todo espacio de mi habitación.

Las palmas de mis manos se encontraban descansando en mis muslos cubiertos por la manta de la cama. Estaba haciendo un frío de los mil demonios.

A través del vidrio pude ver a una enfermera caminando hacia mi habitación, con mi carpeta de hospital entre sus dedos.

- Buenos días. –dice amablemente con una sonrisa en su rostro.

Su cabello era castaño y estaba recogido en una coleta pulcra. Se veía amable.

- Hola. –respondí a su saludo.

Ella apunta algo en la carpeta y luego regresa a mirarme nuevamente. –Me alegro que tengas buen humor.

Estira su mano derecha para cerrar la puerta y se acerca a mí acomodándose sus lentes con montura transparente.

- Quería hacerte una pregunta. –hace una mueca extraña con sus labios.- ¿Estuviste... haciendo algo... indebido en la noche?

Engrandezco los ojos y tuerzo mi sonrisa.

Oh, diablos. Entonces Harry y yo no habíamos sido tan silenciosos como queríamos.

Mordí el interior de mi mejilla con nerviosismo y negué con la cabeza.

- No, claro que no. –tragué fuertemente saliva.- ¿Por qué lo preguntas?

Ella analiza mi rostro y asiente con la cabeza.

- El señor de la otra habitación se quejó de ruidos extraños. –se encogió de hombros.

Mierda.

Esto era simplemente perfecto.

Recordare nunca más volverlo a hacer en un hospital.

- Pues solo dormí, no escuché nada extraño. –me hice la desentendida y rasqué mi nuca.

Mentirosa, mentirosa, mentirosa.

Me pregunto qué gemidos escucho, los míos o los de Harry.

Ella anotó algunas cosas más dentro de la carpeta con mi nombre en la portada en silencio.

Mierda. Necesito cambiar de tema. Rápido.

- Y... -aclaré mi garganta con un sutil movimiento de manos, dejando de arrugar la sabana de mi cama.- ¿Cuándo podré irme?

Esperaba realmente que esa desviación del tema no fuera algo evidente para ella, pues comenzaría a levantar sospechas.

Bien, si había hecho algo anoche... pero no era malo ¿Oh sí?

Té para dos |H.S. & N.H.|Where stories live. Discover now