17. Mala suerte de ambos.

143 22 1
                                    

El día en la playa con Harry había sido perfecto. Incluso pensé en poner este día en mi lista de "Las mejores cosas que le han podido pasar a Anna Green" pero luego todo cambió.

Cuando la motocicleta andaba con suma cautela en la carretera y seguía sujeta a Harry esta comenzó a detenerse lentamente. Al principio pensé que Harry lo hacía para asustarme, pero en realidad si se estaba deteniendo y no era ningún truco. Yo tenía razón; la motocicleta no tenía suficiente gasolina para llevarnos a ambos de vuelta a la granja de mi tía Rory.

Harry y yo nos quedamos varados a un lado de la carretera. Lo peor de todo esto es que una tormenta se avecinaba y ningún auto pasaba por aquí.

- Mierda. –maldijo Harry botando su casco a la pista.- ¡Mierda! El día estaba yendo tan bien y... ¡Y esto!

Bueno, técnicamente no era mi culpa... pero no podía empezar a buscar culpables ahora, lo mejor era comenzar a caminar.

- Tranquilo. –dije serena.- Caminemos hasta donde podemos, seguro más allá encontraremos algún auto que nos lleve de vuelta a la granja o encontraremos una gasolinera.

De un pequeño brinco dejé la motocicleta y comencé a caminar junto a él tomando las manijas.

Harry se veía realmente molesto. Nunca lo había visto tan molesto en mi vida. Recién estaba conociendo todo esto de él, era bueno verlo en esta faceta. Después de todo, si realmente quieres conocer a alguien tienes que cavar mucho.

Mientras más caminábamos, más parecía que su humor iba mejorando pero estaba evitando mirarme.

Decidí romper el hielo yo misma.

- Oye... -comencé a decir.- Gracias por este día.

Él bufó. –No me agradezcas nada. Soy el grandísimo idiota que se quedó sin gasolina y ahora te está obligando a caminar hacia la casa de tu tía.

Ug, buen punto.

- No, no digas eso de ti. –fruncí el entrecejo.- Cosas así pasan todo el tiempo. Nada malo pasará, sigamos caminando y tengamos buen humor, luego recordaremos esto como un...

No terminé de decir lo que quería ya que un espantoso trueno hizo que brincara y chillara al mismo tiempo.

Santísima mierda.

Aquí siempre hacía sol y muy pocas veces se presentaba lluvias de esta magnitud. Tal vez esto realmente era la mala suerte de ambos.

- ¡Por un demonio! –gritó Harry enfurecido.

A lo lejos ambos divisamos una pequeña madera sostenida por dos árboles y no dudamos en correr hacia ella para no mojarnos. Bueno, al menos estaba con él.

Estaba por decir algo positivo pero casi por arte de magia la lluvia comenzó. Era como si hubiesen dejado el caño abierto y el agua brotara en cantidades desorbitantes. Mierda, esto era grave.

- Mierda, enserio siento todo esto. –se disculpó Harry apretando con fuerza la manija de su motocicleta, haciéndome notar sus nudillos rojos.- Este día se supone que debía ser perfecto y no... de esta forma.

Él no era la única persona que se encontraba algo triste por todo esto. Además, a quien matarían era a mí.

- No... no te preocupes. –solté sonriendo.- Solo es... solo es un poco de agua ¿No?

No era un poco de agua.

Era demasiada agua.

¡Demasiada!

Té para dos |H.S. & N.H.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora