16. Extrañamente bonita.

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Estaba en el cielo.

Los besos de Harry me hacían sentir en el cielo.

Él sabía muy bien lo que hacía y eso lo noté desde la primera vez que me besó cuando estábamos a solas en el baño. Fue un buen momento, hasta que su puño conecto con mi nariz accidentalmente, claro. Entraría en mi lista de momentos más agridulces de mi vida.

Harry gruñó una vez más mientras seguía mordiendo levemente su cuello. Creo que eso de tratar de imitar lo que uno siente no se me da tan mal. Al menos Harry no sonaba adolorido, sonaba como si lo estuviera disfrutando... y mucho.

De pronto, con su agarre duro en mis caderas caminó lo más rápido posible fuera del mar.

Al principio pensé que nos estaba llevando a la orilla, pero caminó conmigo en brazos hasta ocultarnos entre unas rocas.

Harry me depositó delicadamente en la arena mirándome con sus ojos extremadamente brillantes. Me sentía como el venado Bambi, estaba completamente desorientada.

- Eres hermosa. –dijo, nuevamente inclinándose a mí y besándome nuevamente en los labios.

Santísima mier...

- Anna Green. –balbuceó.- No sé cómo el idiota de Niall me detuvo tanto tiempo. Siempre te miraba en clase, pero Niall nos había prohibido a todos hablarte.

¿Qué?

¡¿QUÉ?!

- Él... -murmura mordiendo el lóbulo de mi oreja.- Decía que no debíamos hablarte todo el tiempo.

¿Niall había hecho eso sabiendo que me gusta Harry desde los cinco años?

¡Voy a matarlo!

De pronto, sus labios volvieron a los míos y nos sumergimos en un profundo, salivoso y desesperado beso.

Mierda, sus besos en realidad estaban matándome.

El enojo que tenía con Niall se había esfumado, al igual que todo pensamiento coherente dentro de mí cabeza. Él estaba encima de mí, con sus manos pasando por todos los lados de mi cuerpo al igual que las mías en los suyos. Si un oficial de policía nos viera en este momento no duraría en llevarnos a una celda por estar haciendo este tipo de cosas en lugares públicos.

Sus labios se alejaron de los míos para bajar nuevamente hacia mi cuello. Puse mi cabeza de lado dándole más accesibilidad a mi cuello. Mordisqueó levemente mi cuello haciendo que suelte un pequeño jadeo. Diablos, eso se había sentido tan bien y había sonado tan extraño viniendo de mí. Esta era la primera vez que alguien hacía lo que él.

Cerré los ojos disfrutando de sus besos que subían y bajaban en mí cuello haciéndome temblar debajo de él.

Sus dedos subieron lentamente desde mi cintura hasta mi hombro derecho y deslizó lentamente la tira de la parte superior de mi ropa de baño.

Estaba por decirle que no quería que hiciera eso, pero me callé cuando sus labios hicieron su recorrido hasta llegar a mi hombro.

Uh, mierda. Eso se sentía tan bien.

- No... -jadeé.- Espera...

Harry se detuvo inmediatamente luciendo completamente aturdido.

- Lo siento... -murmuré avergonzada.- Creo que esto...

- No, discúlpame a tú a mí. –dice recomponiéndose y apartándose de mí.- Me... me deje llevar.

Reí levemente. –Yo también.

Él me examinó el rostro y pasó su dedo pulgar por mi labio inferior. –Eres extrañamente bonita, Anna.

Té para dos |H.S. & N.H.|Where stories live. Discover now