6. Mírame.

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Anna.-

Había estado corriendo por todas las calles de vuelta a casa reprimiendo mis lágrimas, pero mis intenciones eran básicamente inútiles porque algunas lágrimas salían sin mi permiso. La vergüenza, la decepción y el dolor de mi pecho no ayudaban para nada. Intentaba darme ánimos con todo lo que veía, por ejemplo: un árbol sumamente sano en medio de un gran parque, pero pronto rompía a llorar por el hecho de pensar que podrían talarlo algún día.

Pronto visualicé mi casa, pero no quise ir. Mi mente divagó por un momento hasta que volteé un poco y pude observar la casa de Niall, la que siempre ha estado ahí en mis momentos más dolosos. Entonces, sin pensarlo por mucho tiempo y sin respirar correctamente corrí hacia la casa de Niall y toqué cinco veces sin medir mi fuerza en cada golpe que daba.

-          ¡Ya voy! –escuché la voz de Niall detrás de la puerta, más lejana de lo que esperaba.

Toqué tres veces más la puerta con desesperación. En verdad necesitaba abrazarlo y desahogarme. Tenía tanta ira y tristeza en mi ser, incluso podía sentirlo. No me había sentido así desde que el papá de los gemelos, quien fue mi padrastro por unos años, dejó a mi madre y a mí cuando se enteró que estaba esperando gemelos. Fue un cobarde, pero aun así había generado afecto hacia él.

-          ¡Que ya! –grita nuevamente Niall, pero esta vez abriendo la puerta bruscamente.

Sin poder verlo correctamente me hundí en su pecho. No podía respirar correctamente y sentía que en cualquier momento podría desmayarme. Sentí que Niall estuvo por un momento confundido, pero luego al sentir su pecho mojado me rodeó con sus brazos gigantes.

-          Niall... -sollocé.

-          Nena ¿Qué pasó? ¿Por qué estas llorando?

Me separo de Niall e ingreso a su casa con mis manos abrazándome a mí misma. Un gran choque de cambio de clima golpeó mi cuerpo cuando caminé hacia la chimenea encendida.

-          Se trata sobre Harry, él... -rápidamente me callo cuando observo con claridad el piso de la sala donde está su chimenea encendida.

Tallo mis ojos con ambas de mis manos convenciéndome a mí misma que no había interrumpido nada, pero cuando lo hago y estoy cien por ciento segura de lo que estaba viendo no pude evitar sentirme más triste.

Había ropa tirada alrededor de la sala. Noté la camiseta de Niall allí y sus pantalones. Mi mirada rápidamente viajó hacia Niall y pude, por fin, notar que se encontraba semidesnudo y con su bóxer cubriéndole lo necesario. Además, tenía labial por todos lados, LITERALMENTE por todos lados.

Niall se dio cuenta de ello y comenzó a negar con la cabeza con las manos alzadas. –No, no es lo que...

-          ¡Niall, amor! –gritaron.

El grito provino del segundo piso haciendo que mis vellos se ericen. Esa voz chillona y la camiseta rosada tirada en el suelo junto a la de Niall me hizo darme cuenta que Rosie estaba aquí, en su habitación. Se habían reconciliada.

Niall y yo volteamos a ver hacia el final de las escaleras cuando el piso de su segundo piso comenzó a rechinar. Rosie asomó su cabeza, pero cuando logró verme sonrío ampliamente y se dejó ver con una camiseta enorme de Niall encima.

Limpié mis lágrimas rápidamente y apreté mis labios. –Yo... Yo lo siento, –solté avergonzada.-, no quise... interrumpirlos.

Lleve ambas de mis manos a mi rostro para evitar seguir mirando a Niall. Por un momento con los ojos cerrados mi mente no pudo evitar imaginarme a Niall encima de Rosie y sentí un pequeño ardor en mi pecho. Diablos ¿Por qué me sentía así? Sé que Niall y Rosie ya había tenido tiempos íntimos juntos, entonces ¿Por qué esta vez me sentía diferente? Tal vez más... ¿Triste?

Té para dos |H.S. & N.H.|Where stories live. Discover now