14. Tía Rory.

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- Baja ahora, Anna. –ordena mi mamá.

Vuelvo a apretar mi mano en el cinturón de seguridad. –No puedes obligarme.

Mi madre había manejado desde temprano aprovechando que hoy era su día libre y ya habíamos llegado a la granja de la tía Rory. Habíamos estado en esta tonta pelea durante diez minutos y aun así no me animaba a salir del auto. Mi madre ya estaba perdiendo los papeles, pero me negaba rotundamente a poner un pie en la granja.

Crucé mis brazos encima de mi pecho y sonreí victoriosa. Stella iba a matarme en cualquier momento e iba a enterrarme muy cerca de la carretera.

- Es todo. –mi madre deja caer su bolso al suelo y abre mi puerta intempestivamente.- Sera a las buenas o a las malas, elige.

- Elijo irme a casa, gracias.

- Bien, a las malas será.

Mi madre aleja el cinturón de seguridad de mi cuerpo y toma de mis hombros fuertemente para que salga del auto, lo cual logra pero me aferro a la puerta de este para que no me lleve más lejos.

- ¡Anna! –grita tirando de mi camiseta.

- ¡No quiero! –chillo casi en llanto.- ¡No quiero quedarme!

- ¡Es por tu bien!

Ella sigue jalando mi camiseta hasta que esta logra rasgarse. Por el sonido mi madre dejó de jalar y yo dejé de sujetarme de la puerta. Me observé la camiseta y efectivamente, había un hijo rosa colgando por todo el centro de mi camiseta.

- Lo siento, no quise...

- ¿Quieres deshacerte de mí durante una semana? –finalmente me abstengo de pelear.- Esta bien.

- Anna, amor, yo no quiero...

- Si quieres. –corto lo que estaba diciendo alzan mi voz.- Pero no quieres admitir que lo haces. Lo entiendo, tampoco lo admitiría si fuera tú.

Pronto la mirada de mi madre decae un poco. – Anna, cuando tú seas madre entenderás el por qué hago esto.

- No lo creo. –suelto.- Puedes irte, Stella.

- Anna, te he dicho que odio cuando me llamas Stella. Soy tu madre.

Estaba lo suficientemente enojada con ella no solo por haber roto mi camiseta, sino por haberme traído contra mi voluntad a la granja de la tía Rory. Yo nunca había tenido problemas en la escuela ¡Este era el primero! Pero al parecer con eso era suficiente para que pase una semana con la extraña tía Rory como castigo.

- Sé sincera, tú quieres que pase mi semana de suspensión aquí porque no quieres que este cerca de Harry Styles ¿Cierto?

Mi madre abre y cierra la boca. ¡Lotería! Eso era todo. A ella no le agradaba Harry.

- Amor...

- ¿Enserio mamá? ¿Me trajiste aquí solo porque no quieres que este cerca de él? –río amargamente.- ¿Sabes que de todas maneras lo veré en la escuela, cierto?

Mi madre ríe y recoge su bolso del lodo en sus pies. –Al menos la escuela es un lugar público. Esta semana planeaba viajar por trabajo y no podía dejarte sola sabiendo lo que pasó.

- ¿Entonces no confías en mí? –contraataque.

- Amor, claro que confío en ti. En quien no confío es en ese muchacho.

- ¡Tú no lo conoces, mamá!

- Y tú no conoces a los muchachos, Anna. –dijo frustrada.

Té para dos |H.S. & N.H.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora