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lo prometido es deuda. espero que os guste <3


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Erick se apoyó en la bancada de la cocina con la vista fija en los movimientos de Joel. 

Afianzó más fuerte el teléfono contra su oreja y respiró profundamente, alimentando su nerviosismo con pitidos chirriantes al otro lado. 

Estuvo a escasos segundos de cortar la llamada cuando atendieron. 

—¿Erick? 

—Hola, Christopher. 

Joel dejó su tarea de colocar los platos sobre la mesa y lo miró con sorna. 

Acababan de tener una diminuta discusión. Bueno, en realidad no había sido una discusión, si se tenía en cuenta todas las que habían tenido… El caso era que se enfrentaron porque Erick había hecho salmón para comer, y Joel comenzó a criticar toda clase de pescados. 

Erick se había hastiado y le había chillado que hiciera lo que quisiera. Joel terminó por recordarle con voz calmada y dejes de ironía que ambos mantenían desde el día anterior un acuerdo de paz. 

Ahora él no hacía nada, mientras que Joel preparaba la mesa por primera vez para tres comensales. Si era buena idea o no, pronto lo sabrían. 

—Hola. ¿Necesitas que me quede con Noah?

—Sí… Tengo un turno esta noche… 

—No te preocupes. ¿Sobre qué hora? 

—Lo llevaré sobre las ocho. Iré a por él nada más terminar. 

—No te preocupes. Si necesitas que se quede a dormir sabes que no es problema… 

—No. No, Chris. Sabes cómo es Noah… 

Se hizo silencio al otro lado. Ambos sabían que la razón no era por el niño; sabían que era porque Erick no quería. Lo más doloroso era que sabían por qué Erick no quería. 

Joel fijó su mirada en él. Detuvo completamente sus movimientos y se apoyó contra la mesa de la cocina, cruzando a su vez los brazos en el pecho. Parecía analizar cada expresión en el rostro de Erick, así que él alzó una ceja y vocalizó una explicación. 

El militar le regaló una sonrisa ladina y encogió los hombros. Casi parecía inocente y todo desde ahí. 

Él se limitó a carraspear su garganta y abrir el cajón de los cubiertos. Los señaló con la cabeza hacia Joel, al mismo tiempo que se daba fuerza internamente para continuar hablando. 

—Si hay algún problema con Noah… 

—No, no— apresuró a decir Chris—. Nada de eso. Sabes que para mí no es problema quedarme con él… 

—Lo sé, gracias… 

—De nada. Nos vemos luego, ¿vale? 

—Sí, gracias. 

No esperó una respuesta antes de colgar, así que guardó veloz el teléfono en su bolsillo trasero, previsor de un arrepentimiento inminente. 

Cruzó los brazos en su pecho y estiró su cuello hacia atrás. El sonido torpe e inexperto que provocaba Joel al organizar la mesa era el único que llenaba de ruido el hogar; si se olvida el ligero susurro de la televisión en el salón, claro está. 

Tal vez por eso mismo, la voz de Joel y su pregunta tomaron a Erick de imprevisto y desarmado. 

—¿Quién es Christopher? 

Arkhé || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora