Capítulo 31

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-Bien, llegamos -avisé a los representantes de los clanes.

Jin, quien estaba a mi lado, asiente.
Todos bajamos bajo la atenta mirada de los demás y quedamos en medio del clan. Un novato asustado por tantos enemigos juntos, que tenía su arco listo y temblando, soltó la flecha por el miedo dirigiéndose esta hacia Jin. Me coloqué a un lado y atrapé la flecha de inmediato. El guerrero se disculpa y traiga grueso.

-¿Qué sucede? -frente a nosotros aparece mamá junto a Dylan y Barclay.

-¿Ryder, Vince? -pregunta Barclay. Papá pone una mano en mi hombro.

-Creo que hubiera sido mejor idea decirles antes -murmura junto a mi oído y yo asentí algo nervioso-. Jayd, hijo... explícales.

Papá me tira al frente y yo lo fulminé con la mirada pero luego miré a mi familia suspirando para calmar mis nervios.

-Mamá, Barclay... nosotros hicimos alianzas con los clanes por el bien de todos -hablé sorprendiendo a todos los presentes-. Dejamos atrás la guerra y diferencias, todos están dispuestos a ayudar a traer de vuelta a Nilsa y acabar con Asher.

-¿Están seguros de esto? -pregunta mamá mirándo a papá y a Vince. Ellos asintieron.

-Confío en el criterio de mi hijo -me apoya papá sonriendo.

-Entonces... ¿Mi papá no tendrá que volver a pelear? -pregunta una niña pequeña casi completamente escondida tras la pierna de su padre.

-Solo una última vez, pero ya no habrán cuervos enemigos.

La niña parecía verdaderamente feliz, salió corriendo de detrás de su padre y abrazó mi pierna efusivamente. Su padre se disculpó nervioso e intentó separarla pero yo sonreí y me agaché para abrazar a la niña, pues esto había sido algo muy tierno de su parte. Ella se separa y va corriendo hacia su padre de nuevo. Me levanté del suelo y volví a mirar a Vince y papá.

-Necesito informar de algo importante a todos los clanes, ¿pueden llevar a los líderes a la casa principal? Tengo que buscar algo antes -pedí.

-Por supuesto, no te tardes.

Asentí hacia mi padre. Ellos se dan vuelta y guían a los demás. Yo volé hasta casa y entré por mi ventana. Me acerqué a la mesa de noche junto a la cama y agarré el pedazo de tela sobre ella, la desdoble y vi la pulsera de Nilsa allí. Acerqué mi mano pero nada más sentir el calor en mis dedos lo alejé y resoplé.

Salí de casa nuevamente y fui hasta la casa principal, ya todos estaban dentro pero me acerqué un segundo a mamá y Dylan que esperaban fuera junto a todos los guerreros de los diferentes clanes.

-Eres increíble, cariño -mamá me abraza y besa mi cabeza.

-Gracias, mamá.

Al separarnos, Dylan me revuelve el cabello y yo me quejé como siempre y traté de arreglarlo.

-¿Convencer a los clanes de una alianza? ¿En serio eres Jayd? -pregunta Dylan riendo.

-Sí, sí. Bueno, los veo después.

Entré a la casa y luego a la habitación donde se haría la reunión. Los siete líderes estaban sentados en una mesa rectangular, separados los unos de los otros y mirándose aún con desconfianza. Los saludé con un asentimiento de cabeza que la mayoría correspondió de igual forma.

Habían dos viejo, dos adultos con experiencia y dos más jóvenes aparte de Jin. Ella junto a una adulta eran las únicas mujeres en la mesa. Cada uno tenía por lo menos dos guardias custodíandolos.

-Gracias por aceptar el haber venido -empecé acercándose a ellos-. Como ya todos sabemos por lo que estamos aquí, procederé a mostrarles esto...

Dejé la pulsera de Nilsa en medio de la mesa. Ellos la miran confundidos y algunos estaban molestos.

-¿Qué? ¿Estás haciendo una broma o algo? -pregunta uno de los más viejos.

-Por supuesto que no, si quiere entender el porqué enseño esto... trate de agarrarlo -recomendé cruzándome de brazos.

Podría ir directo al punto y decirles porqué pero... ese hombre me ha tratado mal por ser muy joven, quisiera que se la devolviera un poco.

-Definitivamente esto es una broma -declaró.

-Hay que intentar -propuso Jin.

Todos se miran entre ellos pero aquel hombre viejo bufa con molestia y se levanta para agarrar la pulsera.

-¿Qué tiene de especial una simple y estúpida...? ¡Agh! -la suelta rápidamente al segundo de haberla agarrado- ¡Eso quema!

Todos se levantan sorprendidos y miran hacia la pulcera con confusión y asombro. Yo volví a agarrar el paño y a ocultarlo entre este.

-¿Lo ven? Está hecho con un material que no conocemos... al parecer quema solo a nuestra especie ya que no les hace nada a los humanos ni a los animales, incluso a demonios.

-¿Por qué nos muestras esto? -pregunta la adulta.

-¿Estás tratando de decirnos que tienen mejores armas para acabarnos? -supone uno de los ancianos paranoico y alertando al otro anciano que se sujetaba la mano con dolor.

-Por favor, dejemos la desconfianza a un lado en estos momentos. Ya les expliqué el porqué de esta reunión, así que espero que se calmen y escuchen antes de sacar conclusiones equivocadas.

Los ancianos se sientan molestos pero yo le pedí a uno de los guerreros del clan que atendiera al viejo con la mano quemada.

-Si les muestro esto es para tener mucha más precaución. Como les había dicho cuando aceptaron esta alianza, queremos salvar a una de los nuestros quien está en manos de un demonio poderoso.

Todos asienten comprendiendo y sin nuevas interrupciones.

-Este material lo descubrimos en manos de los cazadores... No tenemos la certeza de que los demonios no usen armas con este material y quiero que todos los clanes estén preparados por si eso ocurre.

-¿Nos estás protegiendo a nosotros y a nuestra gente? -pregunta sorprendido un adulto.

-Claro, ahora tenemos una alianza, quiere decir que yo dejo a un lado nuestras diferencias y los acepto como compañeros, y yo siempre cuido a mis compañeros.

Todos se miran sorprendidos pero pude ver ciertas sonrisas entre los adultos y jóvenes, sentí la mano de papá y mamá en mis hombros pero también vi como Dylan y Barclay sonríen de manera orgullosa. La mujer adulta se levanta y camina hacia mí para tenderme la mano.

-Está bien, mi clan peleará junto a los tuyos. Joven Jayd.

Le tomé la mano y sonreí agradecido. Luego el otro joven se levanta igual.

-Mi clan también peleará.

-El mío igual.

-Y el mío.

-Mi clan luchará -Jin se levanta-. Nunca tuvimos miedo de una guerra. No lo tendremos ahora.

Sonreí nuevamente hacia ella y asentí agradecido. Los únicos que faltaban eran los dos más ancianos. Ellos se quedan pensativos y dudando.

-Karim, Ryu... por favor, hermanos -miramos a Barclay con sorpresa.

¿Hermanos? ¿Eran realmente hermanos?

EL REGRESOWhere stories live. Discover now