Capítulo 30

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Narra Jayd

-Cariño, dinos ¿qué sucedió? Pero no te fuerces demasiado -mamá acaricia el cabello de mi hermana mientras ella intentaba no llorar.

-Todo fue... muy rápido. Estábamos hablando y de repente aparecieron muchos esbirros. Nos atacaron y no pude contra tantos... recuerdo que a Nilsa se la llevaron, no sé porqué razón, pero a mí me dejaron a morir allí.

Ella suelta un sollozo de impotencia y mamá la abraza para consolarla mientras que Dylan aprieta levemente su mano y yo su hombro.

-Lo siento, en serio lo intenté... -dice ella mirándome a mí.

-Sé que así fue, no tienes que disculparte, enana -besé su cabeza-. Será mejor que descanses.

Mamá asiente dándome la razón, Dylan se levanta junto a ella y yo me mantuve un momento más viendo su brazo, pues le habían escrito algo con rasguños.

-"Querida princesa..." -murmuré.

Noté que mis padres se tensaron al escucharme y se miraron entre ellos. Dylan y yo intercambiamos miradas pero no reaccionamos para que Sarah no se preocupara. Nos despedimos de ella y salimos todos de la habitación.

-¿Qué? ¿Por qué esa reacción? -pregunté.

-Bueno, no estamos seguros realmente... pero parece estar muy claro -dice papá.

-Solo hay un demonio capaz de controlar así a sus esbirros y... el único que me llama "princesa" -explica mamá-. Su nombre es Asher.

-¿Asher? ¿No es el mismo que habías asesinado? -pregunté.

-Así es, yo misma vi como se desintegró en frente de mí. No tengo idea de cómo pudo reaparecer -mamá mira a papá preocupada- ¿Cómo es posible?

-No lo sé... pero si realmente es él, Nilsa está en verdadero peligro -comenta papá.

Mi sangre hirvió, mis nervios explotaron y yo solo quería ir a donde sea que estaban esos imbéciles para acabar con ellos.

-Jayd, escúchanos -mamá me trae a la realidad apoyando sus manos en mis hombros-. Si de verdad es Asher, con los que quedan de guerreros en el clan, no servirá... imagino que usará a muchos más esbirros. Solo moriremos si vamos.

-Pero, Nilsa... ella está sola -hablé desesperado. Papá apoya su mano en mi hombro, llamando mi atención.

-Entiendo que estés desesperado, me sucedió lo mismo, una vez... -papá mira a mamá un segundo y suspira-. Sé que quieres ir allí a como de lugar sin importar ir solo pero... ¿Qué harás si mueres antes de siquiera porder llegar a ella? No podrás sacarla de allí y podrían pasarle cosas horribles que no podrás evitar.

Cerré los ojos con fuerza al igual que tensaba la mandíbula y presionaba los puños tratando de contener mi frustración. Papá tenía razón, debía controlarme y buscar un mejor plan que el suicidio. Y ya tengo como...


-Tengo una idea -hablé reoentinamente y salí volando del centro médico.

Estaba tan concentrado en ir a aquel lugar que me tardé en escuchar dos fuertes aleteos tras de mí.

-¿A dónde piensas ir? -pregunta papá.

EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora