Capítulo 11

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Ambos estábamos con la respiración agitada, ella seguía sujetándome contra el suelo. La pantalla de polvo que se había levantado se fue desvaneciendo hasta desaparecer y ella sonrió.

-Se terminó -comentó.

-Sí... y yo gané.

-¡¿Huh?!

Todos vimos como el pie de Zira estaba fuera del límite, ella afloja su agarre por la sorpresa y eso me ayudó a librarme y levantarme. La gente que se había reunido estaban murmurando sorprendidos.

-Fue muy difícil, lo hiciste bien Zira -me tendí la mano.

Ella me mira por un momento, claramente sorprendida pero luego resopla y me acepta la mano.

-Lo mismo digo, Jayd.

Soltamos nuestras manos y nos quedamos mirándonos por un largo tiempo. Sus ojos eran realmente cautivantes, parecían atrapar a cualquiera. Reaccioné y sonreí con cansancio, entrelacé mis dedos y apoyé mi cabeza en mis manos.

-Bueno, tengo que irme. Me alegra haber peleado contra ti, nos vemos -dije dándome la vuelta.

-Esperaré por la revancha -declaró haciéndome reír.

-La aceptaré encantado -respondí y sin más alcé vuelo.

Sonreí de lado, aunque no tardé en hacer una mueca por el dolor en mi cuerpo. Debía ir a casa pero me entretuvo movimiento en el bosque, no fue ningún animal.

-¿Huh? -bajé con cuidado al darme cuenta de que era una persona.

Agudicé la mirada y aquella persona se quita la capucha de su abrigo. Abrí los ojos de par en par al ver a Nilsa. ¿Qué se supone que hace por aquí y a esta hora? Estaba anocheciendo, era peligroso estar aquí.

Pero ella parecía buscar algo, miraba a todos lados y revisaba todo lo que estuviera a su alcance. No sabía lo que era y quería decir que no me importaba, pero en realidad me causaba curiosidad... Rodé los ojos y decidí seguirla con cuidado de que no me viera. Cada vez se fue adentrando más en el bosque, ella caminaba y yo estaba pensando que sabía lo que hacia hasta que me di cuenta de que se había perdido... ¿Es en serio?

Rodé nuevamente los ojos.
Ella se suspira y se sienta en el suelo agotada de caminar en círculos sin saber a dónde ir. ¿Para qué vienes en primer lugar?

-¡Hm!

Ambos nos sobresaltamos al escuchar un gruñido acercarse. Ella se levanta retrocediendo asustada al ver aparecer un lobo de entre los arbustos y tras él venían más, una manada completa.

Mierda...

Nilsa siguió retrocediendo pero uno de ellos salta a atacarla consiguiendo que soltara un grito por el miedo. Apreté los dientes y bajé al instante, empujé al lobo con un golpe en el costado haciendo que chillara. El lobo se levanta y me gruñe al instante, yo extendí mis alas para intimidarlo. Funcionó por un momento, pero con la manada unida no retrocedió nadie.

Un grito atrás de mí me alertó, miré a Nilsa retroceder desde el suelo pues unos cuantos lobos iban hacia ella. Solo alcancé a dar un paso cuando sentí a un lobo saltar sobre mi espalda y morder mi hombro haciendo que soltara un quejido.

-¡Tsk! -me aferre al pelaje del lobo y lo lancé contra el lobo que saltó hacia Nilsa.

Los lobos corren a atacarme y yo volé un segundo para que no pudieran alcanzarme, fui hacia Nilsa y la sujeté para cargarla pero solté otro quejido al sentir una mordido en mi pierna. Apreté los dientes y lo pateé pero al instante otro lobo muerde una de mis alas ocasionando que el dolor fuera mucho más intenso.

-¡Agh! -giré con brusquedad y golpeé al lobo hasta que se golpeó con un árbol.

Volé lo suficiente como para dejar a Nilsa sobre una rama de un arbol lo bastante alto para que no la atraparan. Ella me veía paralizada por el miedo. Mi ala falló a causa del dolor provocado por la mordida y caí al suelo.

-Joder... -murmuré adolorido mirando mi ala.

Los lobos me rodearon contra el árbol. Me levanté de inmediato y los miré preparado. Todos saltaron al mismo tiempo hacia mí, mordiendo mi cuerpo y dejando zarpazos. Los retuve cuanto pude, con mis alas conseguí empujar a la mayoría y luego me libre de los restantes.

Un lobos salta sobre mí tumbándome contra suelo, sujete su hocico con ambas manos justo frente a mi rostro. Lo empujé al suelo y golpeé su rostro hasta que se alejó lloriqueando. Otro muerde mi hombro desde atrás, lo lancé al frente y lo usé para apartar a los que venían. Uno de ellos consiguió darme un zarpazo en el pecho pero lo golpeé contra el suelo.

Pronto conseguí espantar a todos que se fueron corriendo con la cola entre las patas. Me mantuve en el suelo adolorido, toqué mi pecho y vi como la sangre cubría la palma de mi mano.

-Mierda... -murmuré.

Me levanté y miré mis alas un segundo esperando que no fallaran. Volé hasta Nilsa y la bajé del árbol pero al dejarla en el suelo mis piernas no pudieron resistir más y caí de rodillas.

-Jayd...

Nilsa reacciona y me sujeta como pudo. No pude dejar de quejarme por el dolor, era insoportable. Comenzaba a ver doble y borroso, sacudí la cabeza para intentar quitarme el mareo pero solo empeoraba. Apenas sentía mi cuerpo, caí sobre el suelo aún retorciéndome del dolor.

-E..Espera... resiste por favor. Jayd.

No pude escuchar nada más o sentir nada más. Supe que había quedado inconsciente cuando ya ni siquiera el dolor fue un problema.

Me sentía en un sueño profundo del cual no quería despertar, no quería seguir sintiendo dolor, pero sabía que no podía quedarme así aunque quisiera hacerlo.

Empecé a sentir una molestia en todo mi cuerpo cuando comencé a despertar, intenté levantarme aunque me doliera todo. Logré sentarme, me sujeté la cabeza con una mano al sentir un mareo y suspiré. En ese momento sentí una mano en mi hombro que me hizo voltear a ver hacia el costado.

-¿Nilsa? -murmuré.

Me masajeé la frente y miré mi cuerpo, estaba sin remera pero con el pecho vendado.

-L..Lo siento... yo... tuve que curarte y... bueno... -cuando la miré ella estaba muy sonrojada y agachando la cabeza-. Te prometo que... no vi ni toqué de más solo...

-Está bien, lo entiendo -respondí para que se calmara.

Si seguía hablando así me iba a matar por el dolor de cabeza que tenía. Miré a todos lados. Estábamos aún en el bosque pero escondidos en una cueva con una barricada de arbustos en la entrada. Había una fogata a un lado y yo estaba en una cama improvisada con hojas. Todo esto logró sorprenderme, Nilsa sabía mucho acerca de supervivencia... cuando no se tratara de pelear contra lobos.

Moví un poco mis alas pero dejé escapar un quejido de dolor.

-N..No las muevas mucho... -dijo preocupada.

Yo las miré por encima de mi hombro. Una de ellas solo tenía un parche mientras que la otra estaba vendada por la parte que casi se unía a la espalda. Resoplé aceptándolo y haciendo caso a las advertencias de Nilsa, pues con cada movimiento dolían más.

EL REGRESOWhere stories live. Discover now