Capítulo 23

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-¿Estás listo para mañana?

Apenas salgo de casa y ya Dylan molesta con mañana. Pensé que nadie iba a preguntar nada si me veían en mi estado más lamentable en mi vida.

-Tú no captas nada, de verdad -comenté.

-Lo hago, ahora es otra cosa que decida no hacerte caso -él apoya su brazo sobre mis hombros y ambos caminamos por el clan- ¿Y bien?

-¿Y bien qué?

-¿Nilsa o Zira? ¿A quién llevarás mañana a la celebración del diez de marco? -preguntó.

-A nadie... Ni siquiera sé si vaya a ir.

-Claro que lo harás, tengo que hacerte beber unos tragos que sé preparar -comentó con una sonrisa.

-¿Sí sabes que nuestros padres van a estar allí? Mamá te mata antes de dejar que me emborraches.

-Eres un aburrido, hermanito -revolvió mi cabello para molestarme.

-¡Déjame! -me quejé.

Él ríe y me suelta por fin. Arreglé mi cabello y lo fulminé con la mirada mientras levanta las manos a modo de paz. Noté cuando un grupo de chicas pasa a nuestro lado y ríen o murmuran mirando a Dylan, aunque algunas también me miraron a mí.

-Muy bien, Don Juan, ¿tú a quién invitarás? -pregunté.

-¿Don Juan? ¿Por qué me dices así? -sonríe con inocencia pero yo me crucé de brazos y arqueé una ceja.

-Les acabas de guiñar el ojo.

-Me atrapaste -respondió levantando las manos-. No planeo invitar a nadie, pero planeo ir por los tragos.

-Borracho -hablé mientras fingía la tos.

Dylan se burla de mí pero entonces ambos vimos como se formaba un escándalo cerca de aquí. Fuimos hasta allí y vimos una pelea de varios cuervos jóvenes que peleaban por... ¡¿Sarah?!

-Eso sí que no -dijimos Dylan y yo.

Fuimos hasta allí mientras Sarah intentaba calmarlos sin éxito. Nos colocamos a sus lados y yo dejé salir un silbido fuerte para llamar la atención de los jóvenes, así fue.

-Muy bien, basta de todo este alboroto, bandada de cuervos hormonales -hablé, Sarah me mira fulminante.

-Nuestra hermanita no irá con nadie así que están peleando por nada. Vamos, fuera de aquí -los echa Dylan.

Ellos comienzan a quejarse y seguir intentando invitar a Sarah a la celebración, pero al extender nuestras alas con intimidación todos ellos se vieron volando y soltando plumas. Bajé mis alas y chasqueé la lengua con molestia.

-Bueno... a veces sí es un alivio tenerlos de hermanos -comenta Sarah-. Gracias, chicos.

-Solo dinos si vuelve a pasar, con gusto los echaremos de aquí otra vez -respondí.

Ella asiente frenéticamente y sonriendo, ambos volvimos a caminar para ir a casa. Pero podía notar la constante mirada de Sarah en mí.

-¿Qué? -pregunté irritado.

-¿A quién invitarás para ir mañana? ¿Nilsa o Zira? Te recomiendo la primera opción.

-Niña no promociones a Nilsa como si fuera la recomendación del chef -resoplé-. Y no planeo invitar a nadie... ¿En serio? ¿Qué les pasa con preguntar específicamente con ellas?

-Es que no estamos ciegos -se queja Sarah-. A parte recuerda que ellas también pueden invitarte y... ya le dije a Nilsa todo sobre mañana.

-¿Es en serio? -la miré con los ojos abiertos de par en par y nos detuvimos justo en frente de casa.

EL REGRESOWhere stories live. Discover now