𝓝𝓾𝓮𝓿𝓸𝓼 𝓪𝓶𝓲𝓰𝓸𝓼

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Era una tranquila mañana en Konohagakure no Sato. Nuestra querida protagonista estaba dormida en su cama, removiéndose inquieta. Se veía que estaba teniendo alguna pesadilla.

En ella, se encontraba en una especie de alcantarilla llena de agua. Avanzó por ella, sintiendo un chakra abundante. De alguna forma, sabía que era rojo, a pesar de no poder verlo. Sintió enormes emociones negativas: odio, frustración y soledad.

-*¿El Kyūbi?*

Siguió caminando hasta llegar a una bifurcación. Por ambas partes, se sentían chakras malignos, muy similares entre sí. La pelirroja decidió tomar el camino de la izquierda.

Llegó a una sala completamente oscura. No podía ver absolutamente nada, ni siquiera podía verse a sí misma. Sacó una de sus cadenas de chakra iluminando un poco el lugar.

-¡¿Q-Quien eres?!

Nozomi se sobresaltó. No sé esperaba que hubiera alguien más ahí.

-¡L-Lo siento! Me llamo Uzumaki Nozomi.

-¿Qué haces en mi cabeza?

-¿Estoy en tu mente? -la chica estaba muy sorprendida- Wow. No lo sabía'ttebane. Debería irme entonces.

-¡No! Por favor... No te vayas. No quiero estar solo de nuevo.

Nozomi se quedó callada. Esa voz tenía un toque de desesperación que solo había sentido en una persona. Ella misma.

-E-Está bien. ¿Cómo te llamas?

-Mi nombre es...

En ese preciso momento, la sala tembló.

-¡¡UNA UZUMAKI!!

Una enorme criatura de color amarillo y azul salió de la oscuridad rugiendo. El Ichibi no Yoko.

-¡¿QUE HACE LA JINCHŪRIKI DEL KYŪBI PULGOSO Y TEME AQUÍ?! ¡LARGO MALDITA TOMATE!

Nozomi soltó un aura tan aterradora que el mapache casi se arrepintió inmediatamente de lo dicho, aunque por orgullo no lo demostró.

-No... Me llames... ¡TOMATE!

Las cadenas de chakra rodearon al Bijū y lo empujaron al fondo de la sala. Luego, casi involuntariamente, hizo una sucesión de sellos que hicieron surgir una pared de barrotes verticales desde el suelo y lo dejaron encerrado ahí.

-¡MALDICIÓN! ¡MOCOSA!

-Listo, ahora ya no molestará más. -la ojiazul sonrió satisfecha.

-¡Madre! -dijo la voz.

-Tranquilo, lo liberaré antes de irme si es lo que quieres -dijo ella un poco sorprendida.- No me dijiste tu nombre. -reprochó con un pequeño puchero.

-¿Eh? M-Me llamo Sabaku no Gaara. -sonaba extrañado.

La sala volvió a temblar. El chakra rojo de antes empezó a arrastrar a Nozomi fuera de ahí. La niña hizo un único sello.

-¡KAI!

Un par de segundos después, se produjo un rugido estremecedor que la despertó con un sobresalto.

-Así que Gaara, ¿Eh? Lindo nombre.

Una hora después, la pelirroja estaba en la azotea de la torre Hokage, tomándose la foto para su registro ninja.

-Vamos, sonríe

Se oyó el click de la cámara y la foto fue tomada

Se oyó el click de la cámara y la foto fue tomada

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𝙐𝙯𝙪𝙢𝙖𝙠𝙞: 𝙚𝙡 𝙘𝙡𝙖𝙣 𝙚𝙭𝙩𝙞𝙣𝙩𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora