-Así que esto es el nivel de un maestro de Fūinjutsu dattebane -se maravilló la pelirroja, observándolo de cerca. Debido a que la teoría del Fūinjutsu y la de los jutsus de origen Uzumaki eran bastante extensas y le habían asignado misiones sin parar, había tomado mucho tiempo para ella leerla y entenderla por completo, por lo tanto, solo había tenido tiempo para aprender dos jutsus.- ¿Gofū Kekkai? -preguntó delineando el papel con la yema de sus dedos, lo que recibió un asentimiento de su progenitor.
-Estos sellos los puse yo con algo de ayuda de tu madre. Era muy buena en ellos, me enseñó todo lo que sabía -dijo el rubio, juntando sus manos para hacer un sello- ¡Kagebunshin no jutsu!
Cinco clones de Minato se formaron en una nube de humo y desaparecieron en un rayo amarillo. Unos segundos después, hizo un sello manual y los papeles se deshicieron, dando acceso a la gran casa. La menor no dejaba de maravillarse con cada cosa que veía, desde el recibidor hasta los dormitorios.
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-Este será tu cuarto. Debemos limpiarlo, claro, pero creo que te gustará -dijo el mayor, abriendo una puerta corrediza.
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