El equipo 7 llegaba a las puertas de Konoha. Después de registrarse en la entrada, caminaron hacia la Torre Hokage. Kakashi y Nozomi tenían un presentimiento de que encontrarían algo muy inesperado. Sin embargo, lo descartaron.
-*No creo que el viejo sea capaz de hacer algo inesperado tan de repente* -pensó la Uzumaki. La gente los miraba al pasar, sobre todo a la fémina y al peliplata. Algunos hablaban entre ellos mientras les lanzaban miradas para nada discretas. Otros simplemente los observaban pasar, con sonrisas desde amables hasta arrogantes, según fuera el caso.
-¡Kakashi! -Asuma-sensei, el Jōnin a cargo del equipo 10, o Ino-Shika-Cho llegó corriendo donde su colega- Por fin llegan. T-Tienes que ver... En la torre Hokage... -de tan emocionado no podía terminar las frases.- ¡Regresó! ¡Ve, corre!
-Claro... -dijo el hombre, levantando una ceja ante la actitud de su compañero.
Llegaron a la torre. Cuando los ninjas vieron a Kakashi, se quedaron fosilizados. Le dirigían miradas aturdidas, alegres o nostálgicas. Algunos le gritaban palabras de ánimo, y los más emotivos (cofcofGaicofcof) incluso lloraban de alegría.
Sin embargo, cuando vieron a Nozomi, la mayoría la miraban burlones, gritando insultos por doquier, mientras otros tragaban duro o temblaban de miedo, cosas que la kunoichi ignoró magistralmente, como siempre. Esta faceta de la gente en especial dejó muy confundidos a Kiba y Sasuke. Toda esa situación era bastante extraña, lo que reforzó el presentimiento del Jōnin y la Genin.
Finalmente, subieron las escaleras hasta el último piso y se detuvieron frente a la secretaria, que cuando vio a la Uzumaki empezó a sudar frío y tartamudear.
-Requerimos ver al Hokage para reportar nuestra misión. -dijo, sospechando bastante de la actitud de todos.
-A-Adelante -dijo.
El Jōnin abrió la puerta. Había una enorme, descomunal, gigantesca montaña de papeleo que ocultaba al Hokage. Sin embargo, el chakra de este se les hacía ligeramente familiar al Hatake y la Uzumaki, más a uno que a otra.
-Hokage-sama, vinimos a dar el reporte de nuestra misión.
-¿Kakashi? -preguntó una voz masculina, mucho más joven que la del viejo Sarutobi Hiruzen. La persona en cuestión alargó su brazo, haciendo a un lado la montaña de papeles que tenía enfrente. Esta acción, reveló su rostro al equipo 7, cuyos miembros no podían estar más sorprendidos.- Es bueno verte de nuevo -sonrió.
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-¿Minato-sensei? -preguntó el Jōnin aturdido- Esto no es gracioso -dijo, pensando un poco- Kurenai, o quien sea, deshaz el Genjutsu ahora -habló al aire.
-Kakashi-sensei -llamó su alumna, aún conmocionada- No es un Genjutsu. Tampoco una transformación.
Eso fue suficiente para que el ojiónix cayera desmayado. Sin embargo, Minato no le dio tanta importancia como lo habría hecho en otra situación, pues al escuchar la voz de la pelirroja, inmediatamente volteó a verla. Lo que vio, lo dejó impactado, casi tanto como Hiruzen el día que apareció el Shinigami.
