¡𝓓𝓸𝓼 𝓼𝓸𝓶𝓫𝓻𝓪𝓼 𝓮𝓷 𝓵𝓪 𝓸𝓼𝓬𝓾𝓻𝓲𝓭𝓪𝓭! ¡𝓝𝓸𝔃𝓸𝓶𝓲 𝓬𝓸𝓻𝓻𝓮 𝓹𝓮𝓵𝓲𝓰𝓻𝓸!

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<<En la sala, los recuerdos llegaron a Nozomi, que los analizó uno a uno. Sabía perfectamente lo que su clon no había querido decirle a Gai, por miedo a asustarlo con una posibilidad no comprobada. Soltó el aire que no sabía que había estado conteniendo, de una manera temblorosa, acorde al movimiento espasmódico de su pequeño cuerpo.

-Tiene que ser mentira. Lee-senpai no puede dejar de ser un shinobi.

Recordó todos aquellos momentos en ese mismo examen. A pesar de conocerlo hace no más de una semana, ese chico se había ganado un lugar entre sus personas más cercanas. La había protegido, a pesar de ser enemigos, había quedado muy herido por ella, la había hecho entrar en razón antes de ser descalificada por pelear con Neji... Alguien como él no merecía ser despojado de su sueño tan brutalmente.

-Tiene que ser mentira... Tiene que ser mentira... -se repetía, como un mantra.

Gaara estaba dormido en su regazo, inconsciente de sus tormentosos pensamientos. Lo había rodeado de chakra, el cual sabía que los Bijūs detestaban, para que Shukaku no saliera del sello y lo dejara descansar. Le parecía increíble que fuera el mismo chico que casi mata al amable pelinegro. Verdaderamente, en esta ocasión, no sabía que pensar.

Lo que sí sabía, era que ambos se iban a llevar la peor de las regañadas del Habanero Sangriento en cuanto estuvieran en condiciones de escuchar.>>

Reflexionó profundamente sobre la situación. Debía considerar cada aspecto de las razones que llevaron a ambos Genin a casi matarse el uno al otro, pues ambos eran seres queridos para ella, y así como sabía que no era del todo culpa suya, también sabía que no debieron excederse tanto.

Primero, había sido capaz de sentir el instinto asesino que surgió de Gaara poco antes de la pelea. Sospechaba que la causa era que Lee le hubiera pedido una cita mientras él estaba ahí. Sabía muy bien que al pelirrojo no le gustaba nada ser ignorado, tanto como a ella, pues se sentía como si les dijeran silenciosamente que no deberían existir. Y si bien podía comprender el sentimiento, y era un acto de mala educación, Lee no sabía que Gaara se lo tomaría tan mal. Estaba segura de que, de ser el caso contrario, no lo habría hecho, o como mínimo, se habría disculpado con su oponente. Por esta acción, ambos habían hecho mal en parte.

Luego, el Omote Renge. Una peligrosa técnica, clasificada Kinjutsu, que requiere la apertura de la primera puerta de chakra, en el cual el usuario aumenta cinco veces su fuerza normal. Al tener este incremento de poder, el usuario lanza a su enemigo al aire y realiza la Kage Buyō para que, de esa forma, la persona pueda inmovilizar al enemigo dejándolo sin escapatoria. Al hacer esto, el usuario hace girar a su oponente a una velocidad increíble estrellándolo contra el suelo. Debido a la gran fuerza ejercida y a la potente rotación, causa daños devastadores. Si Gaara no hubiera tenido su Armadura de Arena, podría haberse lesionado de gravedad, y para alguien que jamás había sido lastimado físicamente antes, eso podría ser mucho peor, aunque, otra vez, Lee no lo sabía. De cualquier modo, merecía un regaño por eso.

Después, estaba el cederle el control a Shukaku. Eso definitivamente había estado más que mal. Nozomi llevaba repitiéndole a Gaara por mucho tiempo que el matar a la gente por razones pequeñas o sin razón estaba mal, y aún ahora, el concepto no salía por completo de la cabeza del chico (a duras penas había logrado hacer que no matara a sus hermanos por "hacer cosas estúpidas", en palabras de él). Comprensible para alguien que pasó la mitad de su vida huyendo de los asesinos enviados por su padre y la otra mitad matándolos él mismo. Era un matar o morir constante, así que los deseos de sangre de Shukaku ya debían ser algo "normal" para él. A estas alturas, ya debería haberse dado cuenta de que ese poder de su "madre", era mucho mayor al suyo propio, tendría sentido que le hubiera dado el control viendo que estaba siéndole difícil la batalla. Sumando el enojo que tendría por ser ignorado, sería mucho más fácil acceder a ese pequeño trato. En esto tenía sus razones, pero no quitaba que estuviera mal, y que lo supiera. Hablaría con ellos más tarde.

𝙐𝙯𝙪𝙢𝙖𝙠𝙞: 𝙚𝙡 𝙘𝙡𝙖𝙣 𝙚𝙭𝙩𝙞𝙣𝙩𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora