<<-Es un reencuentro muy frío cuando hace tanto que no nos vemos.
-¿Viniste a asesinar a Sandaime y Yondaime Hokage-sama? -exigió ferozmente.
-Bueno, debo admitir que mi objetivo solo era dejarlos muertos en vida por ahora, y matarlos cuando tuviera suficientes subordinados, pero se me atravesó una oportunidad de oro. Marqué a alguien con talento en esta aldea -explicó con calma, viendo a su ex-subordinada caer de rodillas, apretando su cuello- Hace nada le regalé a alguien un sello maldito como ese. Quería tenerlo a mi lado.
-Nunca cambiarás. Ese chico morirá -le espetó con rabia. No quería más víctimas inocentes de los experimentos de ese tipo, no después de saber de lo que era capaz.
-Es cierto que solo sobrevive uno de cada diez. Pero podría hacerlo, como tú.
-Estás muy interesado en él, ¿No?
-¿Estás celosa? -dijo el Sannin con mofa, acariciando su mejilla sin que ella pudiera evitarlo- ¿Aún me reprochas que te utilizara y te abandonara? El chico tiene mucho talento, no como tú. Al fin y al cabo, heredó el poder de los Uchiha. Y por si fuera poco, es apuesto. Será un sucesor perfecto para mí. La chica no se quedaba atrás, pero la bestia interfería y también lo influenciaba a él. Considerando su ascendencia, tal vez incluso podría haberse librado de mi Sello Maldito, pero ya no será un problema, me he encargado. Si sobreviven, las cosas se pondrán interesantes. Y ni se les ocurra cancelar este examen -se puso en pie- Participan tres shinobi de mi aldea. Será entretenido. Si llegan a quitarme esta diversión, considera que Konoha está acabada.
Y con esa amenaza en el aire, Orochimaru desapareció.
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-Obtuvimos comida y agua en este primer día -dijo Neji, jugueteando con un kunai- La mayoría de los equipos debe estar descansando. Atacaremos ahora, como planeamos. Nos separaremos para inspeccionar la zona. No obstante, encontremos o no a otros equipos, regresaremos aquí -el castaño se levantó y clavó firmemente el kunai en la tierra- ¿Entendido?
-Si
-Recibido
-Bien. ¡Dispérsense!
Los tres salieron corriendo, buscando otros Genin, dormidos e indefensos ante su ataque>>
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Kiba esperaba paciente el ataque de sus enemigos, que no tardó mucho en llegar. Gracias a que había podido dormir bien y se había comido una píldora de soldado por seguridad, estaba más que listo para interceptar cualquier ataque. Se lo debía a Hana y a Nozomi, pensó, haciendo un recordatorio mental de agradecerles más tarde.
Oyó moverse algunos arbustos, y vio una pequeña ardilla salir de ellos. Comía una nuez tranquilamente, pero el avanzado olfato del Inuzuka le advirtió de la pólvora, más específicamente el papel bomba que tenía en la espalda. La sangre le hirvió al pensar que sacrificaban un ser inocente para propósitos egoístas, pero no sabía quitar el papel bomba sin lastimar al animalito ni que que delatara su posición al explotar.
