𝓔𝓷𝓽𝓻𝓪: ¡𝓤𝔃𝓾𝓶𝓪𝓴𝓲 𝓝𝓸𝔃𝓸𝓶𝓲!

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Hace mucho tiempo, apareció un poderoso zorro de nueve colas. Con sus fuertes colas, podía destrozar montañas y crear tsunamis. Un grupo de shinobis se levantó para defender su aldea del ataque.

-¡Tenemos que esperar hasta que llegue el Cuarto Hokage!

-¡No podemos permitir que se siga acercando a la aldea!

Un gran ninja pudo aprisionar al monstruo, pero murió en el proceso. Este ninja fue conocido como: El Cuarto Hokage.

En la actualidad, doce años más tarde, una niña pelirroja llegaba corriendo a la academia, ya que se había quedado dormida.

-¡Llego tarde'ttebane!

La chica llegó derrapando a su clase, apenas unos minutos antes que su sensei.

-¡A tiempo!

Escaneó el salón con la mirada, y, para su desgracia, el único asiento que estaba libre era aquel al lado de "ese Uchiha". Suspiró irritada y se dispuso a sentarse ahí.

Uchiha Sasuke era la única persona con la que Nozomi alguna vez había perdido la paciencia. Ni los aldeanos que la perseguían para tratar de golpearla sin motivo, ni siquiera los niños que se burlaban del cabello rojo que ella tanto odiaba la habían hecho descontrolarse como lo hacía aquel pelinegro. Se llevaban como perro y gato.

-Buenos días Dobe.

-Buenos días Baka -respondió ella con el único otro insulto que conocía hasta ahora. El Hokage procuraba que nunca llegara a contaminar su inocencia. A veces incluso exageraba, pero no podía hacer nada si Nozomi estaba en la academia.

El chuunin a cargo de los futuros ninjas, llamado Umino Iruka entró al salón, interrumpiendo la posible respuesta provocativa de su compañero.

-Buenos días a todos. El día de hoy haremos el examen de jutsu de transformación.

Los alumnos formaron fila para presentar el examen uno por uno.

-Haruno Sakura. Aquí voy... ¡Henge!

La pelirrosa hizo un sello manual y se transformó en una copia de Iruka.

-Muy bien.

-¡Lo hice! *¡Así se hace!* ¿Viste eso Sasuke-kun?

-Siguiente, Uchiha Sasuke

-Si.

El chico también se transformó en Iruka, pero sin sellos manuales.

-M-Muy bien. Siguiente, Uzumaki Nozomi.

- Bien ¡Henge!

Nozomi decidió hacer algo diferente y se transformó en una pelirroja. Sin embargo, unos minutos después, deshizo la transformación cansada debido a la enorme concentración que tuvo que usar para que el jutsu saliera bien. Por algún motivo, los jutsus con poco chakra la hacían terminar de esa manera

La mandíbula de Iruka llegaba al suelo porque, sin saberlo, Nozomi había creado una réplica perfecta de su madre.

-N-Nozomi, ¿Q-quién es? -dijo esperando que no fuera quien él creía.

-Nadie Iruka-sensei, es como me imagino en el futuro.

-Bien -dijo notablemente aliviado.

Después de las clases, en la tarde, Nozomi decidió ir a entrenar.

-Tengo que esforzarme más. Mañana es el examen de graduación y aún no domino el Bunshin no Jutsu. Debo controlar la cantidad de chakra que uso.

Así, la pelirroja intentó, e intentó y volvió a intentar el jutsu. Ganó un poco más de control sobre su chakra. Antes, los clones que debían distraer al enemigo, simplemente quedaban como estatuas de una Nozomi agotada. Ahora ya eran más decentes, ya se podía mezclar con ellos, aunque aún no se movían con ella, pero era un avance. Al final, terminó desmayada por el exceso de cansancio y uso de chakra.

𝙐𝙯𝙪𝙢𝙖𝙠𝙞: 𝙚𝙡 𝙘𝙡𝙖𝙣 𝙚𝙭𝙩𝙞𝙣𝙩𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora