𝓤𝓷𝓪 𝓱𝓮𝓻𝓻𝓪𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓪 𝓵𝓵𝓪𝓶𝓪𝓭𝓪 𝓼𝓱𝓲𝓷𝓸𝓫𝓲

1.9K 191 30
                                    

En el pueblo, Inari estaba corriendo a toda velocidad.

-*¡Nozomi nee-chan y los demás están peleando! ¡Nosotros también podemos!* -se dijo. Llegó a una casa de madera y se puso a golpear la puerta.- ¡Gīchi! ¡Gīchi, ábreme! -llamó- Ven al puente conmigo. ¡Si peleamos unidos, podemos vencer a Gatō!

La perilla tembló, haciendo un sonido como si la hubieran cerrado con seguro.

-Inari, abandoné la pelea hace tiempo. Incluso tu padre... Incluso nuestro héroe... Ya no está -se lamentó el hombre, haciendo al niño fruncir el ceño- Si peleamos, habrá más víctimas. No quiero perder nada más. Nadie quiere arrepentirse de nada más.

-Yo tampoco quiero arrepentirme -dijo el menor apretando los puños- ¡Por eso tenemos que pelear! Quiero mucho a mamá, al abuelo y a tí. ¡Quiero a toda la gente de la ciudad! Ahora lo comprendo. Ahora sé que llorando no se defiende nada.

Y después de decir esas palabras, Inari echó a correr en busca de personas que quisieran unirse a su causa. Dentro de la casa, Gīchi tenía los párpados y los puños fuertemente apretados, pues sabía que lo que decía el pequeño era cierto.

-Inari se volvió un gran hombre -dijo su esposa mientras tejía- ¿De verdad vas a dejar que vaya solo?

El ojiónix siguió tocando puertas, pero la gente estaba demasiado asustada como para enfrentar al magnate.

-¿Por qué? ¿Por qué nadie me abre la puerta? -se preguntó. Bajó un poco la mirada, recordando a Nozomi, cuando le demostró el verdadero significado de la fuerza.- *Nozomi nee-chan.*

Al recordar eso, su mirada se llenó de determinación, y fue corriendo a su casa.

Al recordar eso, su mirada se llenó de determinación, y fue corriendo a su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Quisiste divertirte más de lo que debías, Zabuza. Tu ambición era demasiado grande. Un intento fallido de golpe de estado y asesinato del Mizukage. Escapaste con varios esbirros y te convertiste en un fugitivo. Tu nombre no tardó en llegar a Konoha. Acumulabas dinero para vengarte y esperabas escapar de los rastreadores que te buscan. Imagino que por eso trabajabas para una alimaña como Gatō. ¿Creías que el Sharingan era mi único truco? Esta vez no usaré un jutsu copiado. Te mostraré una técnica propia. -aseveró Kakashi, formando una sucesión de sellos.

Un círculo de chakra eléctrico se formó a su alrededor, desprendiendo rayos que iban a parar a su mano, formando una bola de electricidad.

-¡Raikiri!

-*¿Qué? Hay tanto chakra en su mano que puede verse.* -pensó Zabuza.

-Eres demasiado peligroso -habló con lentitud el Hatake- Tazuna-san, al que intentas matar, es un símbolo de valor para este país. El puente que construye es la esperanza del país. Tu ambición sacrifica a demasiada gente. No es propio de un shinobi.

-No me importa -replicó el pelinegro.- Peleo para cumplir mis ideales. Y seguiré haciéndolo.

-Te lo repetiré. Ríndete. En tu futuro solo veo muerte.

𝙐𝙯𝙪𝙢𝙖𝙠𝙞: 𝙚𝙡 𝙘𝙡𝙖𝙣 𝙚𝙭𝙩𝙞𝙣𝙩𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora