-¡Inari! ¡Ayúdame con esto! -pidió Tsunami.- ¡Inari!
El par de mercenarios que habían perdido contra Haku anteriormente aparecieron delante de la casa.
-Vamos. -dijo uno, mientras desenfundaban sus espadas.
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En el puente, comenzó a aparecer un montón de neblina, poniendo al Hatake alerta.
-Esta niebla... ¡Sasuke, Kiba, ya viene! -anunció.
Ambos sacaron un kunai y se posicionaron a los lados de Tazuna.
-Sigue vivo -confirmó el Jōnin, levantando dos dedos para hacer medio sello- Y ya se ha mostrado.
-Siento haberte hecho esperar, Kakashi. Y sigues cargando con esos niños. -miró a Sasuke, que temblaba- Está temblando de nuevo, que penoso.
Siete clones del espadachín aparecieron, rodeando al grupo. El Uchiha sonrió de lado, sorprendiéndolo un poco.
-Tiemblo de emoción -replicó.
-Ve por él, Sasuke -sonrió el peliplata.
Sasuke acató la orden, y en menos de un minuto, todos los clones se habían vuelto simples charcos de agua.
-*¡Puedo verlos!* -pensó.
-¡Ooh! Pudo derrotar a los clones de agua. Este chico se ha hecho más fuerte -se asombró el de Kirigakure, mostrándose- Ya tienes un rival, Haku.
-Eso parece -respondió.
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Por otro lado, Nozomi corría a toda prisa. Temía mucho no llegar a tiempo. Se reprochaba por no marcar con la fórmula técnica de su jutsu a alguno de esos dos.
-Maldición, llego tarde dattebane
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