Over Again. | h.s

03. "Amnesia."

Los días han pasado de forma tan rápida que ya es primero de septiembre y todavía sigo escribiendo en mis apuntes la fecha con el mes de agosto. Es imposible que ya haya pasado casi un mes desde el accidente y Harry todavía no haya despertado. Y el hecho de que cuando lo haga, probablemente no nos recuerde, raya lo surrealista. Si lo miramos en retrospectiva, es  sencillamente absurda toda esta situación que estamos viviendo. De todos modos, real o no, yo seguía siendo la culpable de que Harry estuviera tendido en una cama de hospital inconsciente.

Salgo de mi casa dirigiéndome a la de Jay, cuyo auto se averió anoche y, por lo tanto, no tiene como ir a la universidad. Cuando estaciono frente a la pintoresca casa de paredes color amarillo pálido decorada con pequeñas macetas rebosantes de flores, toco la bocina. A los pocos minutos mi mejor amigo sale sosteniendo su mochila y el libro de SIC 1 en sus manos y se sube al coche. Arranco nuevamente, comenzando a hacerle preguntas básicas sobre el examen que vamos a tener en un par de horas.

Veinte minutos después me encuentro aparcando el auto en el estacionamiento de la facultad. Ambos descendemos del vehículo y entramos al viejo edificio. Agradezco completamente que el examen sea en el segundo período, porque si no ya estaría malditamente nerviosa.

–¿Hoy tienes la entrevista en American Apparel?

–Ajá. –murmuro sacando el libro de mi mochila.

–Dicen que es difícil entrar ahí.

Me encojo de hombros. –La verdad es que la que está más entusiasmada con todo esto es Julie. Sabes que ella fue la que consiguió la entrevista por una amiga de una de las primas de Zayn.

Jay me mira y se ríe, porque ambos compartimos el mismo pensamiento; es absurdo.

–¿Ya tienes el currículum?

–No, Julie me lo llevará esta tarde al hospital antes de la entrevista.

–¿Estás segura de que no es Julie la que quiere el trabajo?

–Lo que Julie quiere es apartarme de Harry, Jay. Según ella este trabajo es la solución a todos mis problemas. –me rio, aunque internamente pienso que es más deprimente que otra cosa. –Ojalá fuera tan fácil.

–Te irá bien, Lol. –me da un beso en la frente y se separa de mi, marchándose hacia el lado opuesto.

(...)

Mi mano derecha se mueve con rapidez a lo largo de la hoja mientras mi mano izquierda se hunde en mis cabellos y los remueven con desesperación. Esta mierda es jodidamente difícil, pero ése no es el problema afortunadamente; el dilema es el tiempo. Faltan aproximadamente diez minutos y todavía no terminé de escribir la anteúltima pregunta. Y, para completar el panorama de mi desesperación, mi móvil comienza a vibrar en el interior del bolsillo delantero izquierdo de mis pantalones. Maldigo, comenzando a mover la pierna en un intento de distraerme del constante movimiento que el celular está generando en mi bolsillo, pero solo estoy consiguiendo generar más movimiento. Cuando la llamada se corta, mis nervios vuelven a concentrarse en el examen que en poco tiempo tengo que entregar. Mas no pasa más de un minuto de calma antes de que el celular vuelva a vibrar, desconcentrándome por completo nuevamente.

La secuencia se repite cuatro veces más hasta que logro terminar el examen justo cuando el profesor se para a mi lado esperando la hoja. Suelto un suspiro resignado, tirándome en mi silla y  considerándome una autentica victoriosa una vez que el resultado del examen ya está fuera de mi poder. Guardo todas mis cosas en mi mochila, la cuelgo en mi hombro y salgo del salón, reparando en que Jay había entregado antes y ya se había marchado a su siguiente clase. Tomo un respiro y salgo del edificio, yendo hasta los jardines y sentándome en uno de los canteros. Saco mi móvil y borro las seis llamadas perdidas de Anne. La verdad es que ya no me asombra o alarma que sea ella, últimamente he asumido que si alguien me llama, es la madre de Harry. Disco su número y me llevo el celular al oído.