Over Again. | h.s

25. "Intentarlo."

Mi corazón no ha parado de latir frenéticamente en las últimas veinticuatro horas y sé que eso es algo malo para cualquier persona, independientemente su estado de salud. Sin embargo, una sensación extraña se ha instaurado en el centro de mi pecho, indicándome que tal vez todo esto sea una mala idea. ¿Y si Harry simplemente quiere "experimentar" algo nuevo porque ya se cansó de Angie? Eso no me extrañaría para nada. Sé que el anterior Harry lo hubiera hecho sin pestañear, sin embargo, me parece que esta nueva faceta sensible y menos fría de Harry no lo haría. El nuevo Harry no me rompería el corazón. Harry no me rompería el corazón.

Mis manos tiemblan mientras me seco el cabello, provocándome que una ráfaga de aire caliente me golpee de lleno en la cara. Bufo una maldición entre dientes y continúo con la tarea, observando atentamente el ropero y devanándome los sesos por buscar una prenda, un vestido, una falda o algo qué ponerme para la especie de cita extraña que tendremos en apenas dos horas.

Anoche Harry me había mandado un mensaje expresando sus ganas de verme y que quería llevarme a cenar esta noche. Naturalmente, me puse a saltar en un pie hasta que le respondí que eso estaría bien, tratando de contener mis emociones que estaban saliendo como el agua de una vertiente, a borbotones y sin parar.

No espero que Harry me pida desde ya volver a ser su novia ni mucho menos, es más, si él llegara a ser tan estúpido de hacerlo, yo lo rechazaría. ¿Por qué? Simplemente porque no sería algo verdaderamente auténtico (para él). Hacía un poco más de veinticuatro horas que estaba tirando flores y corazones con su novia antes de enzarzarse en esa pelea desagradable, y no sería algo inteligente que ya quisiera estar conmigo desde esta noche. Tal vez, sí ha reconocido o descubierto que tiene sentimientos por mí, pero eso no significa que ya podamos casarnos y tener hijos. Demonios, he estado esperando esta oportunidad por meses y estoy hablando de rechazarla. En serio, debo estar algo loca. Pero loca o no, conozco mis razones y sé que sería completamente descabellado empezar una relación en estas circunstancias, cuando el no sabe a quién quiere o quién es siquiera.

Finalmente, el vestido y el collar de Julie llegan a mi mente como si una lamparita estuviera prendiéndose sobre mi cabeza. Pero, joder, oh joder, no tengo los zapatos. Tomo mi celular con rapidez, enviando un mensaje de texto a Camille.

Lola: SOS. SOS. SOS.NECESITO TUS ZAPATOS FUXIA PARA... YA. POR FAVOR.

Camille: Estás de suerte, porque estoy desocupada. En treinta estoy allí.

Lola: Gracias!!!! Te amo ♥♥♥♥♥♥♥♥♥

Una vez zanjado el tema de los zapatos, guardo el secador de pelo y me peino un poco otra vez. Me maquillo, sólo con delineador, rímel y brillo para labios. Me observo al espejo, deslumbrada por cómo mis ojos celestes presentan un brillo particular de la emoción que estoy comenzando a sentir, resaltados por la gruesa línea de delineador negro. Mi corazón, que se había calmado sólo un poco, ha comenzado otra vez a latir desbocado. Justo cuando estoy alisando el vestido y colocándolo sobre la cama, Camille abre la puerta y me saluda.

–¿Cómo entraste?

–Tienes una madre, ¿sabes?

Me río entre dientes tomando los zapatos de sus manos.

–¿Ese vestido no es de Jules?

–Sí, y el collar también. –Cam asiente con la cabeza. –Siéntate si quieres. –señalo mi cama. –Tal vez debería usarte como distracción ahora mismo.

Ella se sienta y enarca una ceja. –¿Puedo saber a qué se debe toda esta producción un lunes por la noche?

Ni siquiera me había dado cuenta de que era lunes. –Eh... tengo una cena.