42. "Regalos."

31.3K 2.3K 388
                                    


Los días han pasado, los exámenes terminaron y me encuentro iniciando el primer día del receso de invierno, sintiéndome de lo más victoriosa y triunfante por haber sobrevivido mi primer semestre en la universidad. La Navidad está penosamente cerca de nosotros y ya estoy entrando en pánico porque no tengo ningún regalo. Este año lo pasaremos con Anne y Harry, puesto que Gemma se irá con su novio y tanto los dos Styles como nosotras estaremos solos, así que decidimos juntarnos a festejar.

Así que aquí estoy, preparándome para ir a hacer las compras navideñas al centro comercial con Harry. Mi madre se encuentra en el trabajo, así que eso me da el tiempo suficiente de registrar su habitación en busca de algún posible regalo que yo pueda hacerle. Mi mamá nunca ha sido muy difícil a la hora de obsequiarle algo, pero en este momento estoy en una complicada encrucijada. La bocina de Harry suena en el exterior y me veo obligada a terminar con mi búsqueda. Me coloco las botas y agarro un abrigo antes de salir. Él se encuentra refugiado en el calor de su automóvil mientras yo cruzo el trecho entre el porche y la acera congelándome con una sonrisa. Me abre desde adentro y salto al coche frotándome las manos mientras me inclino para darle un beso en los labios.

–¿Tienes frío?

–No –exhalo una nube de aire helada–. Hace un calor que ni te imaginas. De hecho, ¿por qué has encendido al calefacción?

–Si quieres la apago.

–No es necesario –farfullo pasándome las manos por el pelo mientras lo escucho soltar una carcajada que llena el habitáculo del coche.

–¿Como estas? ¿Me extrañaste?

Si él supiera que estuve toda la última semana pensando en un regalo adecuado para hacerle, no lo preguntaría. Harry siempre fue complicado para estas cosas y el hecho de que todavía no sepa qué obsequiarle me pone los pelos de punta tanto a mí como a mi necesidad constante de mantener todo planificado

–Sólo un poco –le digo sonriendo–. No te imaginas cuánto he pensado en ti.

–Por cierto, hablando de pensar y ya que tú piensas todo, ¿has pensado que...?

–Lo he pensado todo, cariño. Tú mismo lo has dicho.

–¿Y a mí que me vas a regalar?

Palidezco.

–Es una sorpresa.

–No lo sabes –sonríe mostrándome sus adorables hoyuelos. Podría morderlos.

–Estás a dos segundos de sacarme de quicio, basta ya.

–Por si quieres saber, me hacen falta pantalones.

–No te voy a regalar pantalones –frunzo el ceño cruzándome de brazos. Sí, no sé que regalarle, pero no le regalaré pantalones.

–¿Entonces para qué preguntas?

–¡Yo no te pregunté! Tu empezaste a sugerir que te regalara pantalones... Será algo más... especial.

Levanta las cejas con sugestión.

–Especial, ¿de qué tipo?

Me río.

–No es lo que estás pensando, degenerado.

–Bueno, bueno, ¿qué le regalaras a tu madre?

–No lo sé. Estuve pensando en un libro, ¿tú qué crees?

–Pues no lo sé; es tu madre. ¿Y a la mía?

«Un boleto de avión en primera clase al Fin del Mundo.»

Over Again. | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora