38. "Sonrisas."

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La mañana nos encuentra enredados en una maraña de brazos, piernas, mantas y piel. Mucha piel. Despierto con la extraña sensación de sentirme sumergida en una nube de calma y felicidad. Hacía demasiado, demasiado tiempo que no me sentía tan tranquila conmigo misma. Entre el accidente, la amnesia, la universidad y el trabajo, me han quitado la poca paz que tenía para posteriormente empujarme a una situación de estrés y preocupaciones constantes. Pero ahora esa paz me ha sido devuelta y no puedo evitar sentirme feliz. Ni siquiera quiero evitarlo.

Me revuelvo un poco en los brazos tatuados del rizado que me sostiene con fuerza. Los leños se han consumido hace rato y el frío se me ha colado tanto en la piel que terminé haciéndome un ovillo contra Harry en el transcurso de la noche. Tengo los cabellos esparcidos por toda la alfombra y él está enrollándose uno de los mechones rubios en los dedos. Harry me da un toquecito en la nariz con el índice y levanto la mirada sonriéndole. Él está mirándome de la misma forma.

-¿Qué pasa, Sonrisas?

-¿Ah?

-Te has despertado sonriendo y no has dejado de hacerlo.

-¿De verdad? -me río.

-Ajá.

-Pues no lo sé -me coloco boca arriba, mirando al techo-. Tú estás igual.

-Será porque estoy feliz.

-¿Por qué estás feliz?

-Por varias cosas -me mira-. Tú eres una de ellas. En realidad, tú eres todas ellas.

Me vuelvo a poner de costado y le echo los brazos alrededor del cuello.

-Te amo.

Me sonríe y me roza los labios con los suyos mientras casi susurra-: Yo también te amo, Lola.

Es tan hermoso escuchárselo decir que me dan ganas de grabarlo y ponerlo como tono de llamada. Nunca podría cansarme de escucharle decir que me ama.

-¿Sabes qué? Recordé algo. Por eso me desperté.

Me incorporo, apoyándome sobre el codo.

-¿En serio? ¿Qué recordaste?

-Que te pedí que fueras mi novia. Estábamos en un restaurante y tenías un vestido rosa pálido.

Sonrío ampliamente.

-Recordaste la primera vez que me pediste que fuera tu novia. En realidad creo que fue la única en la que lo preguntaste -me río.

Me mira y me agarra de las caderas para sentarme a horcajadas sobre él. Me enrosco como puedo en la manta, sin ignorar el hecho de que ambos estamos completamente desnudos.

-¿Quieres ser mi novia?

-Pero si ya estam...

Me interrumpe. -Bueno vamos a hacerlo oficial; ¿quieres ser mi novia?

Se me derrite un poco el corazón. Pero sólo un poco...

Ruedo los ojos con burla. -Vale, si tanto insistes...

-Oh, cállate.

Tira de mis brazos y termino con el torso pegado al suyo mientras me besa. Me agarra de la nuca y me acaricia la mejilla con los pulgares mientras me derrito una vez más en sus manos. Así de voluble soy. Después de pasarnos un rato besándonos entre las mantas, finalmente decido que es hora de levantarnos y desayunar. El estómago me ruge en un pedido de auxilio.

-¿Estás segura que no tienes nada viviendo allí dentro?

Lo miro entrecerrando los ojos. -Es tu culpa. No querías levantarte.

Over Again. | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora