Steel Heart «JB» [Hot]

Capítulo 56 "¿Te pongo nerviosa?

Destiny PDV

Me desperté a causa de todo el ruido que hacen mis amigos en el piso de abajo, escucho a Kath cantar con su voz horrible, y los demás platicando.

Giré mi rostro y encontré a un Justin durmiendo plácidamente, la sabana solo le cubre la gloria, dejando su pecho desnudo donde reposa uno de sus brazos.

Se nota que está cansado y como no estarlo, fue una larga noche, donde terminamos de hablar cuando ya estaba amaneciendo, después decidimos entrar a la casa y la vulnerabilidad del momento nos hizo terminar conmigo encima de él mientras nos besábamos y  ocurría lo inevitable, así que si, definitivamente fue una noche larga y cansada.

Le di un beso en la mejilla y me levante de la cama quitando la sabana y dirigiéndome a la ducha, caminando  desnuda.

Estando ya en la ducha mientras el agua recorría todo mi cuerpo, me puse a pensar en la noche anterior, ayer le conté a Justin una de las cosas que me hacen sentir más vulnerable,  jamás imagine que le contaría tanto de mi a una persona, jamás me imagine que un chico sabría parte de mi pasado, y siendo sincera jamás imagine que ese chico fuese Justin.

Cerré los ojos mientras el agua recorría mi cuerpo, al instante vino a mi mente el recuerdo de como es que nos conocimos.

Un furioso Justin Bieber estaba parado con los puños cerrados y rojo de ira, mordí mi labio inferior para evitar reír.

—¿Dónde está?—gritó mirando alrededor.

Fue al pequeño cuarto de baño, pero no encontró nada, miré todos sus movimientos y alcé una ceja.

—¿Dónde está quién ?—pregunté con calma.

—él—gruñó y posó su vista en mí por primera vez, Parpadeo una, dos y tres veces para luego recomponerse. Parecía ¿sorprendido?

—Veo que ese imbécil no pierde el tiempo—sonrió sin ganas recorriendo mi cuerpo.

Relamí mis labios y sonreí. Por dentro fue una sonrisa de burla, pero él no lo notó.

Por supuesto el mismísimo Justin Bieber, quien gana todas las carreras ilegales, prefiere confundirme con una prostituta barata antes de pensar que una mujer le había ganado la carrera después de más de cuatro años de victoria seguidas.

—¿A dónde mierda se fue?—explotó.

Me encogí de hombros y me coloqué la blusa abotonando lentamente.

—Ni idea—Murmuré sin prestarle atención.

—¿Cuánto?—Preguntó y al instante alce la vista.

—¿Cuánto qué?—pregunté pero ya sabía a qué se refería. Su maldita mirada estaba en mí. Literalmente me está confundiendo con una prostituta y quiere pasar la noche conmigo.

—¿Cuánto cobras?—Preguntó penetrándome con la mirada, después se lamió los labios.

—Lo siento, no estoy disponible en estos momentos—sonreí abotonado el último botón de mi blusa.