Steel Heart «JB» [Hot]

Capítulo 3 "Te haré Gritar"

"Te haré gritar"

—¿Tu eres la de?—preguntó el rubio.

—Si—contestó cortante la castaña. Interrumpiéndolo.—Josh una ronda de shots—gritó la castaña.

Justin se vió sorprendido por el pedido de la castaña, ninguna mujer que había conocido podía tomarse todos esos shots que incluía la ronda, ademas la mayoría se iban por cocteles, piñas coladas o bebidas preparadas y ese tipo de bebidas que toman las mujeres, que no son tan fuertes. Alzó una ceja y sonrió con su interés aumentando.

—Aquí tu pedido preciosa—dijo el tal Josh.

Colocó una ronda de shots frente a ella y esta los tomó de un solo tirón sin quejarse.

El rubio no pudo estar más sorprendido.

—Vaya...—murmuró.

No esperaba que la castaña se encogiera de hombros y le dedicara la más lenta, malvada y más sexy sonrisa que alguna vez haya visto.

—¿Sorprendido por ver a una chica tomar algo fuerte?—preguntó y para él fue una voz jodidamnete sexy.

—Tal vez—contestó él mientras observaba descaradamente sus piernas.

La castaña lo miró por unos segundos con aire de superioridad y luego posó su vista en las personas a su alrededor ignorándolo.

—¿Ahora si estás disponible?—gritó Justin. La música había subido de volumen y muchas persona ahora se encontraban en la pista bailando.

—¿Qué?—dijo la castaña confundida.

—Hoy en la tarde dijiste que no estabas disponible, ¿ahora si lo estás?—susurró en su oído.

La castaña no pudo evitar estremecerse por sentirlo tan cerca. Sonrió y lo miró malévolamente.

—Para tu información, no me acuesto con hombres como tú—dijo mirándolo de arriba abajo.

—¿Ah si? ¿Cómo son los hombres como yo?—preguntó enarcando una ceja.

—Egocéntricos que piensa que pueden obtener todo, cuando no es así—contestó la castaña.

Justin apretó los dientes.

¿Cómo se atrevía a decirle eso? Esta tarde se había enojado mucho por lo que le había dicho, pero es que esta mujer lo iba a volver loco, pero joder, como le empezaba a intrigar y verla hoy en ropa interior hizo que se le pusiera dura al instante, estaba claro que ya necesitaba acción, pero esta era de las difíciles y sabía muy bien que no lograría nada intentado convencerla, se había topado con una o dos así de difíciles aunque al final terminaban cayendo, así que ¿por qué no intentarlo? ¿Por qué no intentar convencerla? Tarde o temprano ella iba a caer, además él siempre obtenía lo que quería, y con las mujeres siempre lograba lo que se proponía. Nadie se le resistía.

El rubio se calmó y sonrió.

—Créeme, los egocéntricos como yo y seguros de si mismo son mucho mejores en la cama que cualquier otro, te haré gritar hasta que te quedes sin voz—susurró en su oído de nuevo. Después posó su mano en el muslo de la castaña e hizo una jaula manteniéndola presa, la quería en la cama y es que ahora que se estaba mordiendo el labio inferior lo estaba poniendo mucho.

Es preciosa.

Además hoy por la tarde lo había dejado sorprendido en el momento en que lo rechazó y lo estaba volviendo a hacer. Dos veces seguidas en un día era mucho.

Su mano subió hasta posarse en su cintura mientras la acariciaba y con la otra mano la mantenía enjaulada, pero lo que no sabía era que algo que le molestaba a la castaña era que los hombres pensaran que siempre tenían el control y que habían ganado.